Enfriamiento con inflación, mala receta
Los miedos del estancamiento económico combinado con el alza de la inflación no son nuevos en las economías del mundo ni, por supuesto, la primera vez que saltan al ruedo de las Bolsas. Es mentar la bicha, dicen los operadores más viejos, pero peor es negar lo evidente.
El deterioro de la situación económica en los países con más peso en la eurozona, que es el caso de Alemania, con un enfriamiento mayor del previsto, y el nuevo resurgir de la inflación acogotan los mercados de acciones. De ahí el divorcio, cada vez con menos posibilidades de poder ser reparado, entre los mercados estadounidenses y los de la eurozona.
El alza renovada de los precios del petróleo tiene mayor impacto negativo, como hecho curioso, en Europa que en Estados Unidos, pese a que es este último mercado, en teoría, el que soporta el peso de las especulaciones sobre posibles desabaste-cimientos de gasolina durante el verano.
Este fenómeno tiene implicaciones inflacionistas en Europa, como se observa ya en los primeros avances publicados en länder alemanes, como Brandeburgo, con tasas de inflación que al cierre de mayo se irán por encima del 4%.
Dicen los analistas en sus informes de situación que, aunque la subida de la inflación en mayo refleja en parte el efecto estadístico derivado del buen comportamiento registrado por los precios en Alemania en el mismo mes de 2000, lo cierto es que se trata de la cota más alta registrada en este país desde el inicio de la nueva serie con base 1995.
Coyuntura tan adversa como la que se describe favorece la toma de posiciones en activos nominados en dólares, máxime cuando tanto el Dow Jones como el mercado tecnológico Nasdaq reflejan un mejor estado de forma que el de hace unos meses. El primero está cerca de máximos históricos, y el segundo se ha alejado, con éxito, de la zona de los 2.000 puntos. Mientras, el euro desfallece.