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Los expertos prevén que el PIB crezca menos de lo calculado por el Gobierno

Los principales institutos de estudios económicos españoles han revisado a la baja la previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para 2001 tres décimas de promedio hasta situarla en el 3,1%, una décima menos que la establecida por el Gobierno en su nuevo cuadro macroeconómico.

Los datos de la contabilidad nacional trimestral conocidos en febrero (3,8%), que mostraron una notable desaceleración del crecimiento, la información de los indicadores de oferta y demanda conocida en los últimos meses y el empeoramiento del contexto internacional han sido los principales elementos que han llevado a los expertos a esta revisión, según la última edición de Cuadernos de Información Económica elaborado por la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (Funcas).

Todos los expertos consultados han revisado a la baja sus previsiones, situándose la horquilla del crecimiento previsto entre un máximo del 3,6%, pronosticado por Caixa Catalunya, y un mínimo del 2,8%, calculado por el BBVA.

La causa esgrimida por todos los expertos para este menor crecimiento del PIB es el debilitamiento de la demanda interna en todos sus componentes, excepto el consumo público.

Inversión

El consumo de los hogares ha sido revisado 0,5 puntos porcentuales a la baja y la formación bruta de capital fijo en un punto, sobresaliendo, entre los dos componentes de esta última, el recorte de 1,7 puntos porcentuales de la inversión en equipo. Sin embargo, la construcción mantiene mejores perspectivas y su recorte es mucho menor.

Otro de los apartados en el que los analistas son unánimes a la hora de revisar a la baja es el de las exportaciones, cuya previsión desciende 0,4 puntos porcentuales, ya que aumentan un 8,6%, un pronóstico que se explica dentro del marco de la desaceleración que han empezado a mostrar las economías de Estados Unidos, Japón y el sureste asiático.

Como consecuencia del recorte previsto en el comportamiento de la demanda interna, la revisión de las importaciones es superior, por lo que mejora la contribución del saldo exterior, que a partir de ahora pasa a ser ligeramente positiva, mientras que hace dos meses se preveía negativa. Por lo tanto, y al margen de que otros componentes de las operaciones en el exterior también puedan contribuir a ello, se estima un déficit de la balanza por cuenta corriente menor en cuatro décimas porcentuales del PIB al de hace dos meses, aunque se mantiene en niveles elevados, del 2,8% del PIB.

Si se analizan los datos trimestralmente, se observa cómo las expectativas de desaceleración son especialmente intensas durante el primer trimestre de 2001, para moderarse posteriormente, alcanzando un mínimo en el cuarto trimestre para iniciar en 2002 una ligera recuperación, que se acentúa en el segundo semestre del año.

Otro de los cambios más significativos es la revisión al alza de dos décimas de la previsión de inflación, lo que sitúa la media anual de esta variable en el 3,2%.

Los componentes más volátiles del IPC son los culpables de estos peores pronósticos, sobre todo los alimentos no elaborados por el efecto que sobre ellos sigue teniendo la crisis de las vacas locas. También, existe unanimidad en las previsiones de los analistas, que alertan de los efectos inflacionistas de un repunte en los costes laborales.

El peor comportamiento de los salarios y, sobre todo, el menor crecimiento económico llevan a los expertos a revisar también a la baja dos décimas la previsión de creación de empleo hasta el 2,4%, mientras mantienen invariable la tasa de paro en el 13%, la más alta de la Unión Europea. Sólo en 2002 se prevé que el desempleo se sitúe en el 12,3% de la población activa.

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