Asturiana de Zinc, un grupo con rango europeo
Hace tan sólo cinco años la empresa asturiana rozó la quiebra. Ahora, de la mano de la suiza Glencore, los beneficios crecen y su posición en el mercado internacional se consolida.
Asturiana de Zinc, SA (AZSA), una de las empresas más emblemáticas y antiguas del Principado de Asturias, ha entrado de lleno en el "mundo global" y, dejando atrás los años de capital íntegramente regional, ha pasado a formar parte de uno de los grupos industriales más activos del mundo tras el éxito de la OPA lanzada por la compañía suiza Xstrata, filial del grupo helvético Glencore. El saldo de esta compra, que supondrá la salida de Bolsa de AZSA, es, sin embargo, muy positivo para la compañía desde el doble punto de vista de mantenimiento del empleo y del reforzamiento de su papel en el mercado internacional del zinc.
Tan sólo hace cinco años, el futuro de AZSA estaba seriamente amenazado, como consecuencia de la "aventura" en operaciones de opciones y futuros que dejó a la compañía con unas pérdidas tan elevadas que la situaron al borde de la quiebra. Fue aquella aventura uno de los últimos efectos de la resaca de las operaciones de Mario Conde, quien, a través de la Corporación Banesto, era el propietario por entonces y mantenía en la presidencia a su antiguo propietario, Francisco Javier Sitges.
Algunos políticos y también algunos sindicalistas asturianos han alertado en los últimos días sobre la pérdida de la asturianidad de esta compañía. No obstante, Xstrata ha afirmado que su intención como propietario es potenciar al máximo la compañía, reconocida como la primera productora de zinc del mundo.
El comunicado de Xstrata del pasado martes, confirmando el éxito de su OPA, pone punto y final a un largo proceso de recuperación de AZSA, cuyo momento más grave se vivió en el año 1995, cuando las pérdidas generadas por sus posiciones en el London Metall Exchange (LME) llevaron a la compañía a realizar unas provisiones de 11.363 millones, que pertubaron notablemente su cuenta de resultados y obligaron a la sociedad a realizar un importante esfuerzo financiero.
La llegada de Glencore
La entrada del grupo suizo Glencore como accionista principal de AZSA en el año 1997 y tras una OPA fue el revulsivo que impulsó a la compañía, saneando su sistema financiero y convirtiendo aquellas multimillonarias pérdidas en las primeras cuentas de resultados con beneficios. Unas ganancias que no han dejado de crecer desde entonces y que supusieron en el año 2000 un beneficio neto de 11.182 millones de pesetas, lo que representó un incremento del 150% respecto a 1999.
Ahora, con el 90% del capital de AZSA en manos de la suiza Xstrata, la compañía ha iniciado el nuevo siglo con un también nuevo propietario que tiene el doble carácter de socio industrial y financiero, y que se ha comprometido a lograr el objetivo de situar a la minerometalúrgica asturiana a la cabeza del sector.