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Bertelsmann y EMI rompen la fusión por las trabas de Bruselas

La compañía discográfica británica EMI y el gigante multimedia alemán Bertelsmann no han podido con las objeciones que las autoridades de vigilancia de la competencia en Europa han planteado a la anunciada fusión para crear un gigante de la industria discográfica. Ambas compañías hicieron público ayer un comunicado en el que anunciaron la paralización de las negociaciones que mantenían para integrar la división discográfica de Bertelsmann (BMG) con el grupo EMI.

Es el segundo intento fallido en sólo seis meses de crear un gran grupo discográfico. El primero también tuvo como protagonista al grupo EMI, aunque en esa ocasión el futuro socio era el grupo norteamericano AOL Time Warner. Este acuerdo también se fue a pique por las exigencias en forma de venta de activos y recorte de actividad que le impuso la CE.

Según los comunicados difundidos ayer por ambas compañías, "con el marco regulatorio actual queda plenamente probado que no es posible llevar a cabo una fusión que cree valor para nuestros accionistas y al mismo tiempo respete y cumpla las exigencias de las autoridades antimonopolio. Por tanto, las dos sociedades han estimado que "es contrario a los intereses de accionistas, empleados y artistas mantener más tiempo la incertidumbre sobre la operación", y decidieron continuar por separado.

EMI y BMG habían iniciado el camino exploratorio hacia su fusión el pasado mes de noviembre. Comenzaron a negociar su integración sobre la base de que Bertelsmann, grupo presidido por Thomas Middelhoff, segregara su filial y ésta procediera a fusionarse con EMI. Para compensar el desequilibrio entre ambas empresas, el grupo alemán se comprometía a hacer un pago de entre 1,4 y 2,13 dólares por cada acción de EMI. La nueva sociedad iba a estar controlada al 50% por el grupo alemán, aunque estaba previsto que fueran los ejecutivos de EMI los que tuvieran en sus manos la gestión del día a día.

Este nuevo grupo discográfico desplazaría a Universal Music, ahora en manos del grupo francés Vivendi, como primera discográfica del mundo, con una cuota de mercado mundial cercana al 25% y unas ventas combinadas de alrededor de 1,4 billones de pesetas.

Ya con ocasión del veto comunitario a la fusión de EMI con AOL Time Warner, los analistas aseguraron que una vez conocida la opinión de las autoridades comunitarias al respecto era altamente improbable que la fusión EMI-BMG lograra tener luz verde.

Celo de Bruselas

Y todo como consecuencia del celo que la Comisión Europea ha puesto en el control de la distribución de música a través de Internet y porque no quiere ver, en modo alguno, reforzado el poder de mercado de las cinco grandes discográficas (Sony, AOL Time Warner, BMG, EMI y Universal) hasta el punto de que en algún momento se conviertan en cuatro.

"Durante estos cinco meses, sondeamos intensamente el proyecto de fusión con las autoridades en Bruselas", afirmó ayer Susanne Erdl, portavoz de Bertelsmann, informa Ciro Krauthausen desde Berlín. "Esperábamos señales de la Comisión, pero éstas a la postre no fueron suficientes". De todas formas, el comisario de la Competencia, Mario Monti, "se mostró muy flexible", según Erdl.

Bruselas previno que el estudio de la proyectada fusión "duraría meses" y, seguramente, desembocaría en condiciones como la venta de parte de los activos tanto de Bertelsmann como de EMI. Pese a los muchos modelos que se evaluaron a este respecto, al final las dos compañías consideraron que no valía la pena tanto esfuerzo.

Según fuentes cercanas a las empresas, éstas desistieron cuando las autoridades comunitarias de la competencia les sugirieron que se deshicieran de dos de sus principales sellos discográficos: Virgin Records, por parte de EMI, y RCA, por Bertelsmann. Una propuesta inadmisible para ambas.

"Ya encontraremos otra cosa", aseguró ayer la portavoz de Bertelsmann, una compañía que, aparte de BMG, controla también, entre muchos otros negocios, la cadena de televisión RTL Group y un extenso imperio editorial y periodístico. Erdl recordó que la industria musical está cambiando a marchas forzadas en los últimos meses. De hecho, sobre todo en el terreno de la distribución, se han forjado dos grandes alianzas para la venta de música en la Red.

Por una parte está Musicnet, una plataforma en la que participan BMG, Warner y EMI y que tiene como socios a AOL, RealNetworks y la red de intercambio musical Napster. Por la otra, se ha formado Duet, en la que participan Universal y Sony Music con el concurso de Ya-hoo. Con miras a no herir las susceptibilidades de las autoridades de la competencia, ambas plataformas se definen como "no excluyentes".

Ayer, en el comunicado dando cuenta de la ruptura con EMI, el presidente de la compañía alemana se apresuraba a glosar la buena posición estratégica en la que está situada BMG dentro del mercado discográfico, "muy mejorada durante los dos últimos meses", explicaba. Según el comunicado, la empresa alemana es actualmente líder mundial en distribución directa de discos en Internet "a través de la recientemente creada división BeMusic, en la que se integra la web CDNow y BMG Music Service".

Middelhoff también subrayó la optima situación de BMG en la venta de música a través de la Red y, según sus propias palabras, "apoya activamente los esfuerzos de Napster (con la que mantiene un acuerdo de colaboración de amplio espectro) por lograr poner en marcha un servicio de intercambio musical plenamente legal.

El ejecutivo de Bertelsmann enumeraba sus activos en el sector para dejar claro que está dispuesto a explorar cualquier nueva forma de colaboración con otra empresa, dado que "los enormes cambios que se están produciendo en el sector exigen de las compañías altas dosis de competencia para adecuarse a la nueva ola de servicios digitales".

Pesimismo en torno a EMI

Mayores dudas suscita el futuro de EMI. Los analistas estiman que dos fracasos en la búsqueda de un socio debilitará la compañía. Las acciones de la británica reaccionaron ayer ante la ruptura del acuerdo con una subida a media sesión del 0,45%.

El presidente de la empresa británica, Eric Nicoli, se apresuró a desmentir que EMI esté debilitada y aseguró "confiar en el futuro". Subrayó que los resultados del grupo en 2000 muestran un beneficio de explotación de 91.512 millones de pesetas, un 14% más, y unos ingresos con un alza del 12%, hasta 725.000 millones de pesetas.

Nicoli también quiso dejar una puerta abierta a futuras alianzas. "Las negociaciones se han desarrollado en un ambiente constructivo que posibilita cualquier acuerdo de colaboración con Bertelsmann en el futuro", dijo.

 

Un negocio concentrado en cinco grandes compañías

La sociedad resultante de la fusión de EMI y BMG hubiera dado lugar a la mayor discográfica mundial tras desplazar de esta posición al grupo Universal Music, ahora propiedad del grupo francés Vivendi. Su cuota de mercado mundial hubiera estado cercana al 25% con unas ventas combinadas de 1,4 billones de pesetas.

En concreto, la británica EMI controla más de 70 sellos discográficos y representa a 1.500 artistas, entre los que se incluyen Robbie Williams, Meredith Brooks, Sting y las Spice Girls, y posee los derechos exclusivos de más de un millón de canciones.

Por su parte, BMG controla más de 200 sellos discográficos en 54 países y representa los intereses de artistas como Santana, Whitney Houston y Lou Bega entre otros.

Ambas forman parte de una industria con empresas competidoras de enorme fuste que por su propia dimensión dificultan los acuerdos de integración.

Aun así y sin entrar en detalles, Bertelsmann tampoco excluyó ayer futuras alianzas en la producción musical propiamente dicha. Que éstas, tras dos intentos fallidos, vuelvan a tomar la forma de fusiones, sin embargo, es poco probable a la vista de la gran solidez que está demostrando en este tema el comisario europeo de la competencia, Mario Monti.

Con cinco grandes compañías que se reparten más de tres cuartas partes del mercado, los obstáculos impuestos por las autoridades para una ulterior concentración parecen insuperables, máxime cuando buena parte del negocio futuro de la distribución musical se realizará a través de Internet y en Europa es éste un ámbito en el que se quiere proteger la competencia.

El grupo Universal Music, por tanto, seguirá siendo el número uno durante algún tiempo. En la actualidad controla una cuota de mercado de 21,2%, seguido de Sony Music (17,7%), EMI (13,2%), BMG (12,5%) y Warner (11,1%).

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