Macapagal acusa a la oposición de querer derrocar al Gobierno
El Gobierno de Filipinas decretó ayer el estado de rebelión en el país ante las sospechas de que la oposición pudo haber incitado a las protestas que han sacudido el país por la detención del ex presidente Joseph Estrada, con el ánimo de intentar derrocar al Ejecutivo.
Los disturbios que asolaron la capital durante la noche del lunes dejaron un balance de tres muertos y decenas de heridos y daños materiales por valor de unos 20 millones de pesos (más de 73 millones de pesetas).
Miles de simpatizantes del depuesto Estrada, encarcelado bajo la acusación de saqueo de las arcas públicas, trataron de derribar las puertas del palacio presidencial, como culminación de las protestas surgidas desde la detención del ex presidente.
La declaración de un estado de rebelión permite a las autoridades arrestar a sospechosos sin que haya orden judicial previa y es la primera de las tres medidas que la Presidencia puede adoptar para mantener el Estado de derecho.
La actual presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, aseguró ayer en un mensaje televisado al país que "las manifestaciones fueron financiadas por gente con una agenda política. Es claro que su meta es derrocar al Gobierno legítimo".
Funcionarios del Gobierno y militares comenzaron a interrogar a políticos de la oposición y advirtieron que podrían producirse cuatro detenciones bajo acusación de sedición.
Entre los detenidos se encuentran los aliados de Estrada Juan Ponce Enrile, Miriam Defensor y Gregorio Honasan, así como el jefe policial bajo el Gobierno del ex presidente, Pánfilo Lacson.
Llamamiento de Estrada
Jospeh Estrada pidió a sus simpatizantes que evitaran más violencia, pero sin llamarles a dispersarse.
"No debemos de dar a este régimen ningún motivo para continuar atropellando nuestro derecho de libre asociación con el uso de la fuerza excesiva. Tampoco debemos dar a este régimen una excusa para declarar la ley marcial a fin de asegurar su continuada permanencia en el poder e infligir mayores poderes en nuestro propio pueblo", aseguró.
Estas protestas se producen sólo 100 días después de que otra revuelta entregara el poder a Macapagal, el pasado mes de enero. El punto flaco de su gestión en este tiempo es la economía, ya que no ha logrado recobrar la confianza de los inversores ni estabilizar la divisa local, el peso, frente al dólar que se encuentra ya a 51,55 unidades por dólar en los niveles de principios de año.