EE UU bajará los impuestos 1,35 billones de dólares en 11 años
El Congreso de EE UU consensuó ayer una bajada de impuestos de 1,35 billones de dólares (unos 251 billones de pesetas) en 11 años. La cifra es inferior a los 1,6 billones de dólares que reclamaba el presidente George Bush, pero se trata del mayor recorte fiscal desde la era Reagan y duplica con creces la propuesta inicial del Partido Demócrata.
El Congreso de EE UU selló ayer un pacto provisional para aprobar la mayor bajada de impuestos desde los tiempos de Ronald Reagan. Y el presidente George Bush lo oficializó de inmediato anunciando en televisión que era "un gran día para los americanos".
El preacuerdo prevé una bajada de impuestos de 1,35 billones de dólares en 11 años. De la cifra total, 100.000 millones de dólares se repartirán entre este año y el próximo para dar cuanto antes un impulso al ritmo de crecimiento económico.
La noticia supone un triunfo para los congresistas más moderados, que dieron con la cifra capaz de conseguir los votos necesarios, y para el propio Bush. Aunque el presidente tuvo que bajar el listón (él pedía 1,6 billones en 10 años), la rebaja duplica con creces los 500.000 millones de dólares propuestos por los demócratas durante la campaña electoral.
Signos de mejora
Además, Bush consigue sacar adelante el ambicioso recorte impositivo justo cuando algunos indicadores económicos empiezan a dar señales de mejora.
El PIB de EE UU creció un 2% en el primer trimestre del año (el doble que en el anterior) y la Asociación Nacional de Gestores de Compras (NAPM) anunció ayer que su índice general subió en abril por tercer mes consecutivo.
Norbert Ore, jefe del equipo que elabora el informe de la NAPM, dijo que "en términos de declive, seguramente lo peor ha quedado atrás". Pero los datos de la asociación confirman que la actividad manufacturera lleva nueve meses seguidos de contracción. Y un 38% de los gestores de compras se muestra preocupado o pesimista sobre las perspectivas a 12 meses (el peor dato en casi cuatro décadas).
Los temas que más preocupan son la caída de la demanda y el aumento de costes energéticos. El primero de los problemas está siendo atajado por la Reserva Federal con una acelerada bajada de tipos y será abordado ahora con la bajada de impuestos.
En cuanto al aumento de costes energéticos, será abordado con un plan que está diseñando el vicepresidente y ex empresario petrolero, Dick Cheney.
La reforma diseñada por Cheney apuesta por impulsar la producción nacional de energía con medidas como la explotación petrolera de la Reserva de Vida Salvaje de Alaska y la construcción de 65 nuevas plantas eléctricas al año durante dos décadas (incluidas nucleares).
Promoción del escudo antimisiles
El presidente Bush lanzó ayer una ambiciosa campaña de relaciones públicas para promover la construcción de un escudo contra misiles (NMD) que viola el Tratado de Misiles Antibalísticos firmado por EE UU y Rusia en 1972.
Bush ha dejado claro que ésta es una prioridad irrenunciable de su Gobierno. Pero no quiere que sus aliados le acusen de unilateralismo, como ocurrió cuando dio por muerto el Tratado de Kioto.
Para curarse en salud, el republicano se pasó la mañana de ayer colgado al teléfono explicando su proyecto a los líderes que considera claves (el canciller alemán Gerhard Schröder, el primer ministro británico Tony Blair, su homólogo canadiense Jean Chrétien y el presidente ruso Vladimir Putin). Además, ha enviado emisarios a Europa, Asia, Canadá y Australia para explicar el proyecto.
Por la tarde, explicó en una intervención pública que el tratado del 72 es una reliquia de la Guerra Fría y es necesario crear "un nuevo armazón" para defender a EE UU y a sus aliados. Además, "para dar ejemplo" al mundo, EE UU se compromete a reducir su arsenal nuclear (sin dar cifras concretas).