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La escasa demanda hace caer un 12% el precio del vino en origen

El vino español ha sufrido una caída de precios de un 12% durante el último año y de un 30% desde 1999. El mercado se encuentra semiparalizado por las escasas operaciones de compra. El consumo experimenta una caída anual del 5% y la exportación desciende en la misma proporción. La producción, sin embargo, se dispara de año en año hacia registros históricos. En conclusión, hay dos cosechas almacenadas en las bodegas españolas y los precios son los más bajos de los últimos ocho años.

Productores y operadores españoles de vino comienzan a plantearse seriamente la necesidad de abrir un amplio debate sobre el futuro de un sector inmerso de lleno en una crisis aguda que dura ya varias campañas, y que no experimenta síntomas de mejoría a medio plazo.

El último episodio que puede ya colmar la copa ha sido la reciente helada que han sufrido, principalmente, los viñedos de Castilla-La Mancha, Cataluña o Toro (Zamora), que no sólo supondrá una caída de la próxima producción unos seis o siete millones de hectolitros, sino que ha insuflado un inusitado espíritu de precaución a los productores a la hora de ofertar caldo a los operadores.

Tal es la atonía del mercado que los líderes agrarios temen ya que no se cubran los 2,6 millones de hectolitros aprobados por la Comisión Europea dentro del sistema de destilación de crisis (adquisición pública de caldo para equilibrar los mercados), a pesar que hace sólo unas semanas las organizaciones de productores luchaban denodadamente contra la Administración europea para lograr la medida.

La victoria fue pírrica, pues a la partida prevista por Bruselas el Estado español debería añadir una cofinanciación de 80 pesetas por hectogrado que de momento niega. "Si el ministerio se comprometiera a contribuir con sólo la mitad del montante previsto, 40 pesetas, los productores se animarían a suscribir las destilaciones, pero de momento los precios son muy poco atractivos", comenta José Fenollar, presidente de la Mesa Nacional del Vino.

Producción elevada

Este escenario jalonado por una parálisis inédita del mercado y de los precios es consecuencia de las enormes producciones registradas y previstas en los años 2000 y 2001.

La pasada campaña batió récords históricos tras superar 45 millones de hectolitros, y para la próxima se esperaba otro hito de 50 millones. Esta previsión, sin embargo, es ahora cuestionada debido a la helada sufrida y a las venideras (el 5 de mayo próximo se pronostica otra de similares consecuencias).

Una producción tan elevada supone que ahora mismo haya almacenado en las bodegas españolas cerca de 14 millones de hectolitros de vino de mesa sin que los compradores manifiesten ninguna intención inmediata de adquisición, conscientes de que los precios caerán más todavía.

Además, según datos de la Asociación de Productores de Vino de Mesa, Avimes, la exportación cae un 5% anual, lo mismo que el consumo interior. El resultado es que los precios medios del mercado en la actualidad, que se encuentran en una horquilla de entre 290 y 305 pesetas hectogrado, están al nivel más bajo de los últimos ocho años. La cifra supone una caída de entre un 8% y un 12% en el último año y de un 30% desde 2000.

"¿El futuro? Sólo pasa por comercializar más y mejor", sostiene José Fenollar. Para ello habrá que recurrir a la promoción "desde dos ejes de comunicación: vino alimento y vino salud, vino asequible, vino de consumo moderado diario", dice Rafael Puyó, de Avimes.

Esta asociación promueve que se destinen 15 céntimos de cada litro de vino de mesa vendido a la promoción continuada de este "alimento de la dieta mediterránea" entre la población española. El objetivo que se persigue es equiparar los consumos del vino de mesa entre los españoles al que alcanzan los habitantes de otros países de nuestro entorno.

Mercados exteriores

España, con 35 litros consumidos por habitante y año, está muy por debajo de Francia, Italia o Portugal, cuyos consumos medios superan los 50 litros per cápita.

El otro gran reto son los mercados exteriores, que han dado la espalda a España tras los desmesurados incrementos de precios impuestos por zonas productoras de calidad, como La Rioja.

Los productores sostienen que el mercado de estos vinos con denominación de origen llegó a caer hasta un 60% como consecuencia de la eclosión de los vinos riojanos en el exterior y que sólo se ha recuperado un 10%.

 

La Rioja atraviesa una situación "preocupante"

Javier Erro, consejero de Agricultura de La Rioja, ha calificado de "preocupante" la situación del sector vitivinícola riojano a la vez que ha anunciado la convocatoria de una mesa extraordinaria para analizar las causas (excedentes y normativa de calidad) que han dibujado el actual paisaje de crisis.

Erro sostiene, incluso, que esta mesa extraordinaria deberá "buscar un modelo de desarrollo que no hipoteque el futuro de los agricultores y bodegueros".

Ciertamente, la situación que vive el viñedo riojano es, cuando menos, insólita. A las altas producciones se han unido la caída de la exportación por la escalada de precios y las desclasificaciones de vino (caldos rechazados por la denominación de origen por no registrar los parámetros de calidad exigidos).

La conclusión es un relato inverosímil hace sólo dos años, máxime cuando el Rioja miraba a las demás denominaciones españolas por encima del hombro: bodegueros riojanos intentan vender vino de mesa a operadores de Castilla-La Mancha a 125 pesetas el litro. Las industrias de la región acumulan vino de dos cosechas que no puede iniciar el ciclo de envejecimiento hasta que no se dé salida a los caldos que yacen en las barricas de roble.

Además, según fuentes de la Asociación de Cooperativas, la comarca señera del vino ha solicitado destilaciones de crisis por primera vez en su historia: 300.000 hectolitros ya han sido demandados y otro tanto lo será en breve.

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