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La CE ataca a los Quince por la nula competencia en telefonía móvil

El comisario de Competencia, Mario Monti, ha confirmado sus peores sospechas: La telefonía móvil en la UE "muestra una casi absoluta ausencia de competencia, con unas tarifas rígidas y elevadas". España ocupa un lugar destacado en el catálogo de prácticas sospechosas que Monti ha detectado en el oligopolio que domina la telefonía móvil en Europa.

Mario Monti regresó ayer con la canana repleta de munición tras el paréntesis de Semana Santa. El comisario italiano aprovechó un debate en el Parlamento Europeo sobre la críptica definición de poder significativo de mercado en el sector de telecomunicaciones para embestir contra las prácticas vigentes en uno de los pocos sectores que todavía escapan a su jurisdicción plena.

Monti no llegó a amenazar con un procedimiento formal, pero anunció una intensificación de la vigilancia. "Parece que los reguladores nacionales tienen dificultades en remediar este problema unilateralmente", azuzó el comisario.

La reciente negativa del Consejo de Ministros de Telecomunicaciones (el pasado 5 de abril) a conceder a la Comisión Europea la potestad de veto y supervisión sobre los órganos nacionales de regulación parece haber espoleado el celo inquisidor del comisario. Los ministros aducen que se trata de un sector en proceso de evolución cuyo control corresponde todavía a las autoridades reguladoras, y no a las de competencia.

Monti arremetió ayer contra las prácticas de las operadoras de móvil (muchas de ellas, dependientes de los antiguos monopolios) en un área de negocio como la itinerancia (cuando el consumidor utiliza los servicios de una operadora diferente a aquella con la que tiene contrato), que, según Bruselas, en 1999 facturó ya 5.900 millones de euros (2.400 millones en servicios al por mayor –entre operadoras– y 3.300 en el tramo minorista).

En el punto de mira ha colocado los acuerdos internacionales de la Asociación de Operadoras de Móvil y los de Vodafone con sus filiales y subsidiarias, en el que participa Airtel, sobre tarifas aplicables al servicio de itinerancia. El futuro de estos acuerdos internacionales, a los que Monti parece culpar de las elevadas tarifas, puede estar en el aire.

"Ambos mercados", censura Monti, "muestran en toda la Unión Europea una casi absoluta ausencia de competencia, con tarifas rígidas y elevadas". Los datos preliminares de la investigación que abrió la Comisión Europea el 27 de julio de 1999 sobre los precios cobrados por las operadoras de la UE por los servicios de itinerancia no dejan lugar a dudas. "En el periodo 1997-2000 las operadoras de móviles en muchos casos han elevado sus tarifas de itinerancia internacional en venta al por mayor un 126%". En itinerancia nacional, las cifras son aún más alarmantes para el consumidor. "Dos tercios de las operadoras han elevado los precios entre un 166% (en hora punta) y un 227% (fuera de hora punta)", concluye la investigación que Mario Monti sacó a la luz ayer.

"Estoy seguro de que ustedes ya la han visto".

Ironía o no del comisario, lo cierto es que su portavoz se afanaba poco después en distribuir ampliamente unos datos que hasta ahora habían pasado desapercibidos. El precio de una llamada que incluya itinerancia llega a quintuplicar el de una llamada entre terminales de la misma operadora. España es uno de los nuevos países donde este coste en llamadas nacionales duplica la media considerada ideal por la Comisión (0,29 euros por minuto).

"Los precios parecen converger hacia el euro por minuto", se lamentaba ayer Monti. "Como mínimo, podemos decir que la dinámica de la competencia no parece estar funcionando todavía".

La investigación de la Comisión, que ha recabado la opinión de más de 200 agentes del sector, exuda ataques sobre la falta de competencia en el sector. "La investigación sobre la itinerancia demuestra que estamos ante un oligopolio puro y duro que no tiene ningún incentivo para competir", se reafirma Javier Berasategi, socio del despacho de abogados Stanbrook & Hooper, que representa a la asociación Promóvil, con la que nueve operadoras luchan por un hueco en un "mercado absolutamente cerrado".

Monti, sin embargo, augura tiempos duros para estos nuevos competidores. "La venta al por mayor de los servicios de itinerancia es un mercado maduro (...) cuyo número de proveedores no aumentará en un futuro próximo", se señala en el informe a los europarlamentarios.

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