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Pizarro replica a Caruana y dice que no ve nubes en el horizonte

El presidente de la CECA, Manuel Pizarro, comparte la petición de prudencia que lanzó el miércoles el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, pero discrepa respetuosamente de los temores del gobernador. Al contrario que Caruana, que anticipó tensiones en el crecimiento futuro de resultados de las cajas de ahorros, Pizarro aseguró ayer que "no ve nubes en el horizonte" y que está "muy satisfecho" de cómo funcionan las cajas.

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, (CECA), Manuel Pizarro, cree que el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, está en su papel al pedir prudencia en la gestión de las cajas de ahorros, pero discrepa de las señales de agotamiento y de las tensiones en el crecimiento futuro de resultados que anuncia el Banco de España para el sector. Pizarro aseguró ayer que no ve "nubes en el horizonte" y dijo estar "muy satisfecho de cómo funcionan estas entidades", aunque se mostró partidario de que impere la prudencia en la gestión, tal y como sugirió Caruana durante su intervención en la Asamblea de la CECA.

El gobernador reclamó a las cajas prudencia y automoderación tanto en la inversión crediticia como en la cartera de renta variable, aconsejó a las entidades que reduzcan los costes de la red y de los servicios centrales y criticó el abuso de la emisión de acciones preferentes para incrementar sus recursos propios. Además, pidió prudencia en la gestión de los fondos destinados a la obra benéfico-social para no condicionar la capacidad futura de autofinanciación de las cajas.

Pizarro explicó ayer que es difícil moderar el crédito cuando hay demanda. De hecho, las reiteradas peticiones del Banco de España para que estas entidades ralenticen su inversión crediticia no han tenido ningún eco, a juzgar por una tasa de crecimiento que sigue por encima del 20%.

Lo que sí puede hacerse es reforzar al máximo la calidad y cantidad de recursos propios y obligar a las entidades a estar preparadas ante el posible repunte de la morosidad (hoy en los niveles más bajos de la historia). En este contexto, Pizarro aseguró ayer que la CECA apoya cualquier medida destinada a tal fin, como el nuevo fondo de provisión anticíclica; y respaldaría cualquier normativa del supervisor para fijar límites y porcentajes en la utilización de determinados instrumentos de capitalización, como la emisión de acciones preferentes, una de las fórmulas habituales de financiación de estas entidades.

En cuanto a la gestión de la obra social, al contrario que Caruana, que solicitó más autonomía respecto a las Administraciones en la decisión y gestión de estos recursos, Pizarro consideró positivo que "cajas y Administraciones interactúen". Así, no ve mal que los Gobiernos autonómicos, a los que corresponde la tutela jurídica de las cajas, orienten a las entidades sobre las prioridades de inversión en sus territorios. Igualmente, cree que es bueno que exista competencia fiscal y legislativa entre las comunidades autónomas para que mejore el tejido financiero en cada territorio.

Las cajas de ahorros invirtieron el año pasado 145.136 millones de pesetas en obra social, uno de los rasgos distintivos de estas entidades. Al acabar el ejercicio, el número de personas beneficiadas por la obra social superaba ya los 43 millones de personas, frente a 26 millones de hace cinco años. En los últimos seis años, la inversión total en este concepto ascendió a 694.513 millones de pesetas.

De los beneficios que obtienen las cajas, éstas tienen que dedicar una parte al pago de impuestos, otra a dotaciones para reforzar la capitalización y solvencia, y lo que queda puede destinarse a obra social. La norma señala un máximo cada año de hasta el 50% de los beneficios del ejercicio, pero no existe obligación de destinar cantidad alguna a dicho fondo. La media que dedica el sector es del 26%.

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