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Vivendi y Murdoch acuerdan fusionar sus televisiones

El segmento de la televisión de pago en Europa comienza a consolidarse. Ayer, Jean- Marie Messier, presidente de Vivendi Universal, anunció haber llegado a un acuerdo con el magnate australiano de los medios de comunicación Rupert Murdoch para fusionar los dos canales de pago competidores de Italia: Telepiú y Stream.

El acuerdo pretende hacer frente a la sangría de pérdidas acumuladas por ambas compañías desde su lanzamiento en el país transalpino.

El acuerdo entre ambas compañías establece que Vivendi Universal, propietario de Telepiú, mantenga dos tercios del capital del nuevo grupo, mientras que News Corp, holding de Rupert Murdoch, mantendrá el tercio restante. Si bien se ha reservado una opción de compra para alcanzar la mitad del capital a precios de mercado pasados 18 meses.

El presidente de Telecom Italia, propietaria del 50% de Stream, aseguró ayer que a pesar de no haber firmado aún ningún acuerdo que posibilite la operación, "no nos opondremos a la misma. Siempre hemos dicho y cree-mos que no hay lugar en Italia para dos cadenas de televisión de pago. Además, nuestra participación en Stream no entra en nuestros planes estratégicos".

Según el periódico italiano La Repubblica, Telecom Italia ha decidido ya retirarse del capital de Stream con ocasión de esta operación y cederá sus derechos a News Corp.

Stream y Telepiú han soportado hasta ahora numerosas pérdidas debido a las importantes inversiones que se vieron obligadas a realizar para asegurarse los derechos exclusivos de los clubes de fútbol.

Los analistas recibieron con optimismo el anuncio de la fusión y subrayaron que la nueva corporación italiana entrará en equilibrio en dos años.

Telepiú mantiene en la actualidad un total de 1,8 millones de abonados, pero sus pérdidas se elevaron el pasado año hasta los 220 millones de euros (36.000 millones de pesetas).

Por su parte, Stream, comprada el año pasado por News Corp y que fue originalmente lanzada y puesta en funcionamiento por Telecom Italia, mantiene 800.000 abonados. Su actividad le reportó unas pérdidas el pasado ejercicio de 400 millones de euros (66.554 millones de pesetas).

Marketing deportivo

Por otro lado, Jean-Marie Messier aseguró ayer que Vivendi Universal está muy interesada en adquirir la sociedad suiza de marketing deportivo ISL, actualmente en quiebra y en situación de liquidación , "siempre que las condiciones legales nos sean favorables".

Según Messier, la adquisición de ISL, impulsaría definitivamente la creación de la compañía paneuropea de derechos y marketing deportivo que Universal Vivendi negocia formar en la actualidad con la multinacional alemana Bertelsmann.

Internacional Sport Media y Marketing (ISMM), grupo propietario de ISL que controla en exclusiva los derechos televisivos de los Campeonatos Mundiales de Fútbol de 2002 y 2006 para países no europeos, fue forzada a presentar expediente de quiebra a principios de este mes después de que los tribunales suizos rechazaran un periodo de tres meses de moratoria pedidos por la compañía para intentar solucionar sus problemas financieros.

ISMM lleva ya varias semanas negociando con potenciales compradores.

La Fórmula I, por su parte, ha cedido los derechos comerciales a Ecclestone por 100 años.

 

El final de la guerra italiana por el fútbol

La fusión de Telepiú y Stream pone fin a una enconada guerra entre las dos plataformas por los derechos de retransmisión del fútbol codificado, que les llevó a una frenética carrera por hacerse con los equipos más relevantes.

Telepiú tiene actualmente 11 clubes de la máxima categoría de la liga del fútbol italiano, entre ellos Juventus, Milan e Inter, y Stream, siete, con Lazio, Roma, Fiorentina y Parma como los más destacados.

El compromiso anunciado por el presidente de Vivendi Universal, Jean-Marie Messier, deja en suspenso la aplicación del pacto al que llegaron las dos plataformas para utilizar un descodificador común, tras meses de arduas negociaciones y fuertes presiones de la Administración. Las dos plataformas fueron multadas con 400.000 dólares cada una debido al retraso en poner en marcha el descodificador, que debería haberse iniciado el 1 de julio de 2000.

Una fusión terminaría con esta lucha por los derechos y supondría un importante ahorro de costes. Sin embargo, ambas empresas temen que las autoridades de la competencia europeas vayan a dictaminar sobre el fondo de la cuestión a la vista de la posición de dominio que alcanzará la nueva compañía fusionada, que recibirá el nombre de Telepiú.

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