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Los valores tecnológicos, en candelero por la presentación de resultados trimestrales

El Nuevo Mercado español cumplió el martes su primer año de vida, con una caída acumulada del 70%. Se gestó de manera apresurada, a golpe de teléfono de las autoridades bursátiles para que las empresas entraran por el aro, y nació con fórceps. Para entonces el Nasdaq ya había iniciado la tendencia a la baja.

Doce meses después se han acumulado recomendaciones, presiones mediáticas incluidas, para que los inversores dieran la espalda a la nueva economía y abrieran sus ojos a las empresas de siempre. A los tecnológicos, en efecto, más que darles la espalda los han despreciado después de haberlos adorado un año antes.

La vieja economía, mientras tanto, no ha recibido los parabienes esperados. Sólo valores singulares de pequeña y mediana capitalización, alimentados por un nuevo episodio de opamanía, han hecho las delicias de operadores e inversores.

En los últimos días los valores tecnológicos han vuelto a recobrar el protagonismo por dos hechos fundamentales. Primero, por las recomendaciones favorables de bancos de inversión prestigiosos respecto a estas compañías al considerar que el castigo ha sido excesivo.

El inicio de la presentación de los resultados del primer trimestre en Estados Unidos es el segundo aspecto que resalta la presencia de estas compañías en las Bolsas del mundo.

Las reiteradas advertencias negativas que se han hecho desde octubre han tenido un efecto negativo en las cotizaciones, pero han dejado el camino libre de obstáculos. O, lo que es lo mismo, el mercado conoce que las empresas no cumplirán con sus objetivos y que ello está recogido en las cotizaciones actuales.

Esta situación acentúa la atención de inversores, operadores y analistas sobre los resultados, porque el factor sorpresa, como se ha observado en los últimos días (Amazon inició la serie) será determinante, al alza o a la baja, en la tendencia de las Bolsas.

El mercado tecnológico estadounidense Nasdaq, así las cosas, es centro de atención preferente. Mientras, el Dow Jones vuelve a la zona psicológica del 10.000.

 

El BCE y la reputación

Duisenberg ha dicho que oye, pero que no escucha. Oídos sordos, por segunda vez en un mes, a las presiones políticas y mediáticas para que el Banco Central Europeo recorte los tipos de interés. Lo preocupante, para los analistas de prestigio, es el empeño político y el de algunos medios.

Los analistas de Beta Capital, entre otros, señalaban el miércoles, antes de la reunión del Banco Central Europeo, que "una vez más la autoridad monetaria europea se enfrenta a la tarea de granjearse una reputación de rigor como la que define a la Reserva Federal de Estados Unidos y como la que disfrutaron en su día el Bundesbank alemán y el propio Banco de España. ¿Qué dicta la ortodoxia monetaria en el contexto actual? Dejar los tipos donde están".

Estos y otros especialistas insisten en sus informes de situación que la inflación en la zona euro es todavía elevada; que el tipo de cambio del euro sigue acusando debilidad y que la oferta monetaria y el crédito interno continúan con perfil muy dinámico.

Hay coincidencia también en que los signos de enfriamiento que se detectan en Alemania obligarán al Banco Central Europeo a bajar los tipos de interés antes o después, pero que no conviene precipitarse. Mientras tanto, lo mejor para la autoridad monetaria es ganar reputación.

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