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Marks & Spencer cierra todas sus tiendas fuera del Reino Unido

Los almacenes británicos Marks & Spencer han decidido cerrar las nueve tiendas que tienen en España, lo que conlleva la supresión de 786 empleos. La medida se enmarca en un plan de reestructuración que prevé el cierre de todos sus establecimientos fuera del Reino Unido para concentrarse en ese mercado y en Irlanda.

El grupo británico de distribución Marks & Spencer cesará en su actividad comercial en España y en el resto del mundo como medida para frenar la caída de resultados que ha experimentado en los dos últimos años. La empresa se concentrará exclusivamente en el mercado británico e Irlanda y las tiendas franquiciadas.

La medida afecta a las nueve tiendas que el grupo tiene actualmente en España, aunque deja fuera a los dos establecimientos que se comercializan bajo contratos de franquicia y que se encuentran en Tenerife y Gran Canaria. Los 786 empleados que trabajan en España para el grupo británico se verán afectados por la medida.

La reestructuración afectará a los 38 establecimientos que Marks & Spencer tiene en Francia, España, Benelux, Portugal y Alemania. En total, el grupo prevé que la medida afectará a 4.390 empleados en todo el mundo, de los que 3.350 se encuentran en Europa.

La reordenación de la actividad también afecta a sus filiales de EE UU Brooks Brothers y King Super Markets, en las que Marks & Spencer invirtió en 1987 unos 750 millones de dólares (unos 141.000 millones de pesetas).

Además, el grupo se desprenderá del negocio de venta por correo que tiene en el Reino Unido, lo que supondrá suprimir 690 puestos de trabajo y se eliminarán 350 más en los servicios centrales del grupo en Londres.

La empresa considera que la reestructuración tendrá un coste de unos 300 millones de libras esterlinas (unos 80.586 millones de pesetas, 484,33 millones de euros), supondrá una reducción en su cifra de negocio de un 15% y una disminución en la plantilla que afecta al 6% del personal. A cambio, Marks & Spencer prevé obtener un ahorro en sus costes valorado en unos 50 millones de libras al año (unos 13.430 millones de pesetas). Junto a esa suma, la empresa venderá algunos almacenes que tiene en propiedad en Gran Bretaña bajo la fórmula de venta y alquiler con opción de compra, lo que en inglés se conoce como sale and lease back. Con los fondos obtenidos por esas dos vías, la empresa devolverá aportaciones a sus accionistas por valor de 2.000 millones de libras (unos 537.240 millones de pesetas).

El consejero delegado de Marks & Spencer, Luc Vandevelde, explicó que "estos cambios representan un plan de recuperación claro y urgente basado en nuestro negocio del mercado británico".

La medida de abandonar sus negocios en el Continente ya fue sopesada a finales de 2000, cuando Vandevelde llevaba sólo unos meses al frente de la compañía. Luc Vandevelde fue fichado por Marks & Spencer en enero de 2000 y anteriormente ocupaba el cargo de presidente del grupo francés de distribución Promodès, dueño por aquel entonces de los hipermercados Continente.

Menos pérdidas en España

El cierre de la actividad en España coincide con un momento en el que la empresa comenzaba a reducir las pérdidas. Según datos facilitados por la empresa, en 1999 Marks & Spencer vendió mercancías por valor de 12.553 millones de pesetas, mientras que el año pasado sumó 14.493 millones. Las pérdidas totalizaron 3.085 millones en 1999 y consiguió reducirlas el año pasado hasta los 1.542 millones.

Fuentes del grupo en España indican que la intención inicial es cesar en la actividad en España y hacerlo antes de fin de año, pero, en los nueve meses de 2001 que restan, se pueden producir nuevas situaciones que puedan hacer variar esa decisión. Por ello, y según las citadas fuentes, no se descarta la posibilidad de que los activos del grupo en España se vendan a algún grupo interesado en su compra, si bien, por el momento, no ha aparecido ningún postor.

Los nueve establecimientos afectados por el cierre en España se encuentran en Madrid (cuatro), Barcelona (dos) y en Valencia, Sevilla y Bilbao.

La empresa reunió ayer a primera hora de la mañana a los empleados y les comunicó su intención de cerrar el negocio antes de fin de año, lo que también se comunicó a los sindicatos. Fuentes de la empresa aseguran que los empleados acogieron la noticia con inquietud, pero que se mostraron partidarios de colaborar con la empresa durante el tiempo que ésta decida seguir manteniendo la actividad.

Pese a ello, la responsable de CC OO en Marks & Spencer, Maite Cárdenas, aseguró que la decisión de cerrar ha "sorprendido" a los trabajadores. Cárdenas abrió la posibilidad de que alguien compre la empresa y se haga cargo de todos los puestos de trabajo.

 

Una aventura comercial de 11 años

La aventura comercial de Marks & Spencer en España sólo ha durado 11 años. La última parte de su andadura, la más problemática, la ha hecho en solitario, tras romper su alianza con Cortefiel, la cadena que introdujo al grupo británico en este mercado.

Marks & Spencer entró directamente en España con la compra del negocio comercial de la cadena de grandes almacenes Celso García en 1989. Estos almacenes eran propiedad del empresario Jacques Hachuel, que los había adquirido en 1987. El grupo británico conocía de refilón el mercado español, pues tenía un acuerdo de franquicia con la desaparecida Galerías Preciados.

A pesar de los esfuerzos de Marks & Spencer por hacer rentable su negocio en España, no ha tenido éxito. La aventura del grupo ha supuesto más de 20.000 millones de pesetas de inversión que no han sido suficientes para hacerle alcanzar el umbral de rentabilidad.

La ruptura con Cortefiel se produjo en abril de 1999, cuando la crisis del grupo británico en todo el mundo se empezaba a hacer patente. La cadena de Gonzalo Hinojosa tenía entonces una participación del 20%. Inicialmente el paquete de Cortefiel era del 33%, pero el grupo español había ido diluyendo su participación al no acudir a las sucesivas ampliaciones de capital que, para cubrir pérdidas, Marks & Spencer había ido realizando. El precio pactado para la venta de esas acciones se fijó en 1.537 millones de pesetas. Cortefiel justificó su salida en que el plan de rentabilidad fijado para la cadena británica no se había cumplido en el plazo previsto inicialmente.

Sólo unos meses después de la salida de Cortefiel, los responsables de Marks & Spencer en España daban por cancelada su crisis y afirmaban que el negocio se había enderezado y que las ventas crecían a un ritmo del 10%. Sin embargo, la fortaleza de la libra iba a dar al traste con los planes de relanzamiento del grupo. A pesar de que la cadena había intentado ampliar su base de proveedores para compensar los costes, los cambios no han dado los resultados apetecidos y debe decir adiós al mercado español.

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