La Bolsa sube el 3,27%, pero cierra la peor semana desde noviembre
Pedir árnica a los poderes políticos
En los últimos días los mercados asisten a la repetición de la jugada de hace tres años. Sube el tono, se disparan las alarmas sobre la evolución de las Bolsas y ahorradores e inversores, también algunas instituciones, piden árnica a los poderes políticos.
Hace unos días el presidente de Estados Unidos se puso al frente de la manifestación y una semana después, aunque eso ya figuraba en el guión, Alan Greenspan bajó (el martes) los tipos de interés. Confundida la parroquia con el recrudecimiento de las ventas en las Bolsas tras el recorte de tipos, las voces pidiendo soluciones -incluso algunos quieren que les devuelvan el dinero- van en aumento. O, lo que es lo mismo, la última generación de bolsistas sólo conoce el alza. No entiende la Bolsa de otra manera. Y, claro está, de ser así dejaría de ser Bolsa.
Consideran ahora algunos expertos que la crisis bursátil actual procede, precisamente, del festival de descensos de tipos de interés con los que Alan Greenspan amenizó los mercados en el otoño de 1998, porque entonces la economía no necesitaba más masa monetaria.
Por ello la actitud de Greenspan ahora parece estar dirigida a controlar la economía más que a apoyar la tendencia de fondo de las Bolsas, por mucha que sea la agitación ambiental.