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LEALTAD,1

Las ventas, bajo el 'efecto manada'

El analista jefe de un banco extranjero de primera fila apuntaba ayer en su informe diario que "la situación actual cada vez se parece más a los primeros meses de 2000, pero con direcciones opuestas en las Bolsas. En aquellos momentos, los inversores compraban sin mirar; ahora venden sin seleccionar".

"Realmente estamos dentro de una tendencia bajista para las Bolsas", continuaba, "obviando los factores positivos (que existen) y sobreponderando los negativos (que lamentablemente también los hay).

La extensión en la cita viene a propósito de la generalización de estas reflexiones en el conjunto general del mercado. El término tendencia a la baja es común en todos los informes de situación y contribuye a la autoalimentación de la corriente vendedora.

Los analistas, como norma, suelen ser cautos a la hora de valorar el comportamiento y las actitudes de sus clientes. Omiten calificativos como pánico vendedor. O, también, que el viejo, por conocido, efecto manada ha vuelto a reaparecer con fuerza en los mercados del mundo.

La evolución histórica de los mercados ha refrendado, ante todo, que el dinero es miedoso por definición y que el miedo es libre. También que la mayor parte de los participantes en el mercado compran acciones cuando éstas suben (por eso suben) y venden cuando bajan (por eso bajan). Mantener la cordura y situarse en el filo de la navaja, ni entusiasmados con el alza ni alarmados por la baja, es difícil. Pero es lo que siempre gana en Bolsa.

A medida que pasa el tiempo y los valores, sea cual fuere su identidad, pierden soportes y referencias técnicas, la agitación y el nerviosismo sube de tono y, con ello, la presión de las ventas. Un efecto manada en plena estampida. Ante esto, dicen los expertos, lo mejor es ponerse a cubierto para no ser arrollado.

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