China profundizará en las reformas ante la próxima entrada en la OMC
El primer ministro chino, Zhu Rongji, inauguró ayer las sesiones del Parlamento presentando el X Plan Quinquenal sobre el Desarrollo Económico y Social. Las reformas económicas continuarán y, para paliar los efectos negativos como el desempleo, se aumentará el gasto público, sobre todo en infraestructuras.
La continuación de las reformas económicas y la próxima entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), prevista para este año, enfrentará a China a grandes retos, para lo que será necesario estar preparados. Así lo anunció el primer ministro chino ayer, en la apertura de las sesiones de la Asamblea Nacional Parlamentaria (ANP) de este año. "Nos encontramos en un momento crucial de reestructuración y las reformas atraviesan un periodo difícil", advirtió Zhu Rongji. "Nuestra entrada en la OMC conllevará nuevos problemas", dijo, a la vez que aseguró que profundizará en la reforma de las empresas estatales para que se conviertan en verdaderos sujetos de la competencia del mercado.
"Debemos animar a las empresas estatales a que cambien sus procedimientos sacando participaciones a Bolsa, formando joint ventures con compañías extranjeras o intercambiando acciones. El Estado debe tener el control en las empresas estratégicas para la economía y la seguridad nacional, pero no necesariamente en otras", dijo el primer ministro.
Con el fin de contrarrestar los efectos negativos de las reformas, Zhu anunció que el Gobierno continuará una política fiscal activa "para incrementar las inversiones y estimular el consumo". El Gobierno tiene previsto lanzar bonos a largo plazo por valor de 150.000 millones de yuanes (unos 324.000 millones de pesetas) este año para financiar obras de infraestructura.
Con el gasto público se pretende impulsar la economía -tal cual se hizo en 2000-, que en los próximos cinco años crecerá un 7% de media anual, según las estimaciones del jefe del Gobierno. Este dato es notablemente inferior al 8,3% registrado en el último lustro.
El 7% previsto sigue manteniendo a este país entre los de mayor crecimiento del mundo, pero los analistas temen el efecto que pueda causar una caída de las exportaciones, debido a la desaceleración mundial, y una posible contracción del consumo.
Las familias gastan menos porque temen quedarse sin empleo como consecuencia de las reformas. El Gobierno fijó en el 3,1% el paro a finales de 2000, aunque los analistas extranjeros coinciden en que esta cifra es inferior a la real.
El viernes pasado China Petrochemical, la mayor refinería del país, anunció un recorte de 180.000 empleos hasta 2005. Zhu se mostró a su vez preocupado por el peligro de deflación que conlleva. El índice de precios al consumo (IPC) creció un 0,3% en 2000 después de dos años de contracción.
Para compensar un retroceso en el consumo doméstico, el Gobierno dará un fuerte impulso al gasto público, destinado principalmente a la construcción de infraestructuras para crear empleo. Según el Plan Quinquenal, se crearán 80 millones de empleos en los próximos cinco años, repartidos por igual para desempleados urbanos y del campo, con lo que pretende mantener el porcentaje de desempleo por debajo del 5%.
Además, se contempla la creación de un sistema de Seguridad Social al que aportarán fondos los trabajadores y las empresas; hasta hora era soportado por las empresas y los Gobiernos locales. La quiebra de diversas compañías estatales ha provocado que muchos empleados se quedaran sin asistencia médica.
Zhu anunció además una subida de los salarios a los funcionarios y la abolición de los impuestos arbitrarios a los agricultores.