Fomento no sabe quién puede homologar los trenes del nuevo AVE
Faltan menos de dos meses para que se adjudique el contrato para el suministro de los trenes más veloces que circularán en una línea comercial de pasajeros en todo el mundo: los nuevos AVE de 350 kilómetros por hora para la línea Madrid-Barcelona. A pesar del esfuerzo tecnológico que supone este reto, los responsables del proceso de licitación todavía no tienen claro cuál será el organismo y el método con que se certificarán las prestaciones y la seguridad de los nuevos trenes AVE.
España se convertirá en los próximos años en el país que posee el tren de alta velocidad más veloz del mundo. En 2002 entre Madrid y Lleida y en 2004 hasta Barcelona, la nueva línea AVE admitirá trenes que conseguirán registros comerciales máximos de 350 kilómetros a la hora, 40 kilómetros por hora más rápidos que la composición más veloz que existe en la actualidad; el TGV que circula en Francia entre París y Lyon.
A pesar del reto tecnológico que supone este desafío, y cuando quedan menos de dos meses para que se adjudique el suministro de entre 26 y 40 unidades AVE valoradas en 110 millardos, los responsables del proceso de licitación todavía no tienen claro cuál será el organismo y el método con que se certificarán las prestaciones y la seguridad de los nuevos trenes de alta velocidad.
Se da la circunstancia de que en España (uno de los cinco países en el mundo que explotan un AVE), a diferencia de otros países punteros en el ferrocarril como son Francia y Alemania, no existe todavía un organismo arbritral de la explotación de los servicios de tren ni una entidad independiente habilitada para expedir certificaciones de aceptación sobre los nuevos equipos y modelos.
Las partes implicadas
Este diario se ha puesto en contacto con las distintas partes implicadas en el proceso de adjudicación de los trenes, Ministerio de Fomento, Renfe y GIF, y cada uno (de modo extraoficial y con las cautelas informativas que el Gobierno ha impuesto a la licitación) ha ofrecido versiones diferentes.
Fuentes de Renfe (empresa que operará los nuevos trenes) recordaron que, hasta la fecha, todos los vehículos que circulan por las vías que aún explota la compañía ferroviaria están obligados a conseguir un permiso de operación que concede la Unidad de Circulación de la empresa que preside Miguel Corsini.
Según las mismas fuentes, el proceso de homologación de los AVE que compiten por prestar servicio en la línea Madrid-Barcelona sería algo distinto. En primer lugar, correspondería a la comisión mixta de evaluación Renfe-Fomento que decidirá la licitación hacer una primera evaluación técnica de los proyectos de tren presentados. Una vez elegido el o los ganadores y construidas y probadas la o las primeras unidades, se encargaría a la Unidad de Circulación de Renfe otorgar el certificado de circulación correspondiente.
Este procedimiento de certificación no concuerda con el que explican fuentes cercanas al ente Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), propietario de la línea AVE Madrid-Barcelona. Dichas fuentes consideran imprescindible que exista un proceso de homologación entre las especificaciones de la modernísima infraestructura y equipos complementarios que se están tendiendo y las prestaciones tecnológicas de los trenes que circulen por ella. Recuerdan que dichas especificaciones técnicas vienen recogidas en los pliegos de condiciones del concurso de suministro de los nuevos trenes.
Por su parte, Fomento no ofreció su versión sobre el proceso que seguirá la homologación de los trenes.
Pruebas en vía
Al margen del procedimiento que finalmente se establezca, los tres candidatos a suministrador del AVE Madrid-Barcelona están realizando pruebas en vía con un doble objetivo. El primero, poner a punto sus trenes a unas velocidades nunca alcanzadas hasta la fecha, que (según coinciden fuentes de Talgo, Alstom y Siemens) "suponen un reto tecnológico de gran envergadura". El segundo, conseguir las certificaciones pertinentes de organismos de homologación reconocidos que se puedan presentar como una garantía de fiabilidad ante la mesa de evaluación del concurso.
Alstom ha vendido 378 trenes homologados a velocidades máximas de 300 kilómetros por hora, y Siemens es proveedor de 54 unidades con las mismas prestaciones.
ADF solicita convertirse en organismo certificador
Aunque en el ministerio no han realizado declaraciones sobre el asunto, fuentes del sector han asegurado que el titular de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, ve con buenos ojos el proceso que ha iniciado la Asociación de Acción Ferroviaria, ADF, con vistas a convertirse en organismo certificador de los trenes y equipos para el inmediato futuro del ferrocarril en España.
ADF es una entidad fundada en 1999 que reivindica su carácter "independiente". Está formada por las principales operadoras ferroviarias que existen en el país, por la patronal del sector de fabricantes de trenes, Cemafe, y por otras entidades vinculadas al tren como la Fundación de Ferrocarriles Españoles.
Su presidente es, a su vez, presidente de Renfe, Miguel Corsini, y su director general, José María Ruiz de Ojeda. La asociación presentó el año pasado una solicitud ante Bruselas para convertirse en el organismo certificador español. El proceso de aceptación de la propuesta está todavía en trámite, entre otras cosas, porque la Unión Europea todavía carece de una legislación común sobre certificaciones y homologaciones de trenes de alta velocidad.
Esta normativa, no obstante, está en estado avanzado de tramitación. Existe un borrador definitivo que será remitido en breve a los Estados miembros. En cualquier caso, esta nueva legislación no será en ningún caso aplicable a la decisión española sobre la elección y certificación de los nuevos trenes de alta velocidad, ya que ésta será tomada en los dos próximos meses.