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Greenspan descarta que EE UU vaya a entrar en recesión

El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, dijo ayer en el Senado que EE UU seguramente evitará la recesión. Pero también advirtió que "los riesgos de desaceleración siguen predominando" y que el aterrizaje" podría no ser "suave". Un discurso lleno de claroscuros que pone en evidencia sus dudas sobre qué ocurrirá en los próximos meses.

Alan Greenspan hizo ayer un nuevo alarde de su inexpugnable jerga, con la que es capaz de hablar durante horas sin que nadie sea capaz de descifrar qué quiere decir en realidad.

El presidente de la Reserva Federal reconoció ante el Senado que la economía estadounidense estuvo a punto de estancarse a principios de año y que "siguen predominando los riesgos" de desaceleración. Además avisó que la caída del nivel de confianza de consumidores, inversores y empresas "desde un nivel alto a otro mode-rado y bajo podría no ser suave".

Sin embargo, también calificó de "baja" la posibilidad de que Estados Unidos entre en recesión y dijo que la "excepcional debilidad de los indicadores económicos observada a finales del año pasado, quizá debido a condiciones climáticas adversas, aparentemente no continuó en enero". Una apreciación que se vio reforzada con el dato de ventas minoristas publicado ayer. El indicador subió un 0,7% en el mes de enero, tras caer un 0,1% en diciembre. Si "los factores que permitieron aumentos de la productividad a largo plazo siguen en pie", añadió, "el grado de contracción será probablemente limitado". Es decir, que hay luz al final del túnel y la economía segu-ramente repuntará an-tes de finales de año.

Aun así, Greens-pan ha rebajado sensiblemente la previsión de crecimiento para 2001 desde su anterior discurso en el Senado en julio, desde una ban-da entre el 3,25% y el 3,75%, a la actual entre el 2% y el 2,5%.

En definitiva, el banquero reconoció que predecir qué ocurrirá con la actividad económica es difícil, porque en buena parte depende de factores "irracionales", como la confianza de consumidores y empresas.

Y "nuestros modelos económicos nunca han sido particularmente exitosos al evaluar procesos que se mueven por un comportamiento no racional", reconoció.

Así las cosas, la Reserva Federal "ha visto la necesidad de responder [a la desaceleración] de forma más agresiva que en décadas anteriores". Y Greenspan ayer reafirmó la convicción de los analistas de que volverá a bajarlos el 20 de marzo. Lo que ya no está tan claro es el alcance de dicho recorte.

 

O'Neill promueve la rebaja fiscal con alarmismo

El secretario del Tesoro de EE UU, Paul O'Neill, defendió ayer en el Congreso el plan de bajada de impuestos del presidente George Bush con un discurso cargado de alarmismo. "La evidencia de desaceleración económica", dijo, hace más urgente una bajada de impuestos "que ayudará a evitar que la desaceleración eche raíces".

El plan de Bush prevé recortar los impuestos en 1,6 billones de dólares (unos 280 billones de pesetas) en 10 años y, si es posible, hacer el recorte retroactivo desde el pasado 1 de enero para que se haga notar cuanto antes en la economía. Sin embargo, los demócratas consideran que dicho recorte es demasiado ambicioso y se quejan de que beneficia sobre todo a los más ricos. De ahí que el debate prometa ser largo y laborioso.

Alan Greenspan habló hace unos días a favor de la bajada de impuestos y los senadores volvieron a preguntarle ayer insistentemente sobre este tema. El banquero respondió diciendo que "en el caso, y esto es un evento improbable, de que no sólo haya recesión, sino que además dure un periodo prolongado de tiempo, entonces es mejor tener impuestos más bajos". Es decir, que se trata de una medida precautoria, "un seguro frente a un evento que es poco probable que ocurra", precisó el banquero.

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