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INTERNACIONAL

Bush garantiza otras dos semanas de suministro eléctrico en California

El Gobierno de George Bush ha prorrogado por dos semanas los mandatos que exigen a las suministradoras de electricidad y gas natural que vendan a California siempre que tengan energía disponible para ello.

El nuevo secretario de Energía, Spencer Abraham, avisó, sin embargo, que esta es la única prórroga que piensa firmar y que tiene como objetivo "dar tiempo suficiente para restaurar la salud financiera de sus eléctricas y encontrar otras fuentes de energía alternativas". Los mandatos firmados por el Gobierno de Bill Clinton y prorrogados por Abraham suponen sólo un alivio temporal para una crisis que amenaza con desestabilizar la economía del país.

Según el economista Peter Hooper, de Deutsche Bank, "California aporta entre el 12% y el 13% del PIB de EE UU y lo que ocurre allí es importante para el resto de la economía". De ahí que el presidente de la Reserva Federal de San Francisco, Robert Parry, tenga previsto hacer una presentación sobre este asunto durante la reunión que el banco central celebrará a finales de mes.

Como solución de emergencia, el Congreso californiano aprobó una partida de 400 millones de dólares para que el Estado compre electricidad en el mercado mayorista. Pero más de 100 millones han sido gastados ya en sólo cinco días.

Si California no encuentra pronto una solución que garantice el suministro eléctrico a largo plazo, el equipo de Bush está dispuesto a proponer una ley energética que incluirá medidas muy distintas a las barajadas por las autoridades del Estado Dorado. En lugar de imponer límites a los precios mayoristas de la electricidad (una de las ideas apoyadas por el gobernador californiano, Gray Davis), la normativa del equipo de Bush seguramente suprimiría restricciones a la construcción de plantas generadoras y al desarrollo de explotaciones de gas natural.

Polémico fiscal general

Bush se reunió ayer con varios congresistas demócratas para explicarles su plan de bajada de impuestos y proponerles "trabajar juntos" en la resolución de los problemas del país. Sin embargo, el clima reinante en el Capitolio sigue siendo tenso.

El mayor punto de conflicto en estos momentos es la confirmación en el Senado del ultraconservador John Ashcroft como nuevo fiscal general. Los republicanos tienen 50 escaños en el Senado, pero Ashcroft necesita 60 para ser confirmado.

La votación estaba prevista para ayer, pero ha sido retrasada como mínimo una semana porque los demócratas han exigido al candidato a fiscal general que entregue por escrito las respuestas a cientos de las preguntas que se le hicieron durante la audiencia de confirmación, entre ellas por qué Ashcroft vetó una ley destinada a promover el voto de las minorías en 1988.

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