La batería de datos económicos de EE UU marcará la tendencia a corto de la Bolsa
Más de lo mismo en la primera quincena de 2001: revisión a la baja de los beneficios de un importante número de compañías estadounidenses; miedo a la recesión y prudencia máxima entre los analistas. Las Bolsas, sin embargo, muestran un mejor tono para sorpresa de los agoreros.
Tipos de interés y resultados de las empresas cotizadas son los pilares que sostienen, desde siempre, las Bolsas. El resto son apuntes más o menos histéricos, sobrerreacciones al alza o a la baja, debido a circunstancias externas que se neutralizan con el paso del tiempo.
Analistas de prestigio destacaban a final del año pasado que los resultados de las empresas iban a pesar más ahora en las Bolsas que antaño, hasta el punto de anular los efectos benéficos de la caída de tipos de interés iniciada en la primera semana del año por la Reserva Federal. De cumplirse el pronóstico, sería la primera vez en la historia reciente que los resultados pesan más que los tipos de interés.
El debate sigue abierto, aunque los primeros compases de la Bolsa vuelven a dar la razón a los clásicos. Las renovadas advertencias hechas por empresas estadounidenses sobre resultados peores de lo previsto para el primer semestre de este año comienzan a tener un eco muy limitado: sólo afectan negativamente a las empresas que lo anuncian, no al resto como venía sucediendo desde octubre.
Este mayor apego a la evolución de los tipos de interés hace que la semana que comienza se ofrezca especialmente interesante para inversores y operadores, porque estará plagada de datos económicos en Estados Unidos. La influencia de estos en la tendencia inmediata de los tipos de interés será determinante, porque a final de mes vuelve a reunirse el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal.
En círculos muy concretos del mercado se especula con un nuevo recorte de los tipos de interés para entonces.