La buena marcha del empleo da las primeras señales de fatiga
2000 fue otro buen año para la afiliación a la Seguridad Social, que creció a un ritmo del 4,5%, con 657.892 cotizantes más que en 1999, hasta alcanzar la cifra de 15.236.218 afiliados. No obstante, también este dato comienza a dar síntomas de desaceleración ya que ha sido el peor año de la Seguridad Social desde finales de 1997.
El número de cotizantes creció una media de 1.802 personas al día durante el año 2000, o lo que es lo mismo, 657.892 cotizantes más que en 1999, lo que eleva la cifra total de cotizantes del sistema a 31 de diciembre de 2000 a 15.236.218 personas, un 4,5% más.
Todos estos datos, que fueron presentados ayer por la plana mayor del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, reflejan, sin duda, un elevado crecimiento de la Seguridad Social, si bien es cierto que también dejan entrever una clara ralentización de dicho crecimiento al haber registrado las peores cifras de los últimos tres años. En 1999 el número de cotizantes aumentó 762.032 personas (el 5,52%), y en 1998, 786.862 (el 6,04%). Así, se ve cómo poco a poco y coincidiendo con cierto enfriamiento del ciclo económico se va agotando lentamente la capacidad de crear empleo.
El Régimen General de los asalariados fue el que más creció, con 613.909 trabajadores más (5,76%), hasta llegar a la cifra total de 11.263.580 afiliados. Los autónomos registraron un nuevo récord de 2.591.100 afiliados, tras crecer en 62.760 trabajadores (un 2,48%). El Régimen Especial Agrario cerró el año con 1.135.659 afiliados tras perder 18.830 cotizantes y el Régimen del Carbón, con 17.201 afiliados, tras disminuir en 1.808 personas.
Aunque el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, destacó el récord "histórico" del año, el verdadero récord se batió en noviembre, cuando se superaron los 15,3 millones de afiliados. No obstante, en diciembre se produjo un brusco descenso de afiliación de 128.350 personas, producido en su mayoría por las prácticas fraudulentas en la construcción y la industria, que despiden a sus trabajadores en las vacaciones y los recontratan en enero, además de por la baja actividad dictada por el mal tiempo, según Aparicio.
La afiliación femenina, con 372.269 afiliadas más (un 6,89%) creció más del doble que la masculina, que aumentó 294.265 cotizantes (un 3,23%).
En los últimos cinco años, el número de afiliados creció en casi tres millones, un 23,86%, lo que supone que uno de cada cinco afiliados actuales se dio de alta en este periodo. La tasa de dependencia sigue en 2,28 afiliados ocupados por cada pensionista. En los últimos cinco años la pensión media de jubilación creció un 21,5%.
En 12 meses se dieron de alta 120.264 inmigrantes
En el pasado ejercicio, el número de trabajadores extranjeros afiliados a la Seguridad Social creció en 120.264 personas respecto a 1999 (un 36,17% más), lo que supuso que el 18% de todo el aumento de la afiliación registrado el pasado año correspondió a inmigrantes. De ellos, 101.609 eran de países de fuera de la Unión Europea y los 18.655 restantes eran comunitarios.
Según el balance de Trabajo, en los últimos dos años el número de trabajadores extranjeros afiliados ha crecido un 138% en el caso de los cotizantes procedentes de países de fuera de la UE, pasando de 131.699 afiliados en 1998 a 313.454 en 2000 (181.754 más); y un 41,98% entre los trabajadores comunitarios, pasando de 98.049 en 1998 a 139.218 en 2000 (41.169 más).
El paro cayó 57.368 personas, la cifra más baja desde 1995
La cifra total de desempleados queda en 1.556.383
El pasado año el paro registrado en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (Inem) disminuyó en 57.368 personas, un 3,6% menos, lo que supuso la menor caída del desempleo desde 1995, y un descenso muy inferior a las 172.000 del año anterior. El número total de parados registrados se situó en 1.556.383 personas y la tasa de desempleo descendió al 9,2%, la más baja desde hace 21 años.
Además, con el pasado son ya siete años seguidos de descenso del paro, en los que el desempleo se redujo en 1.150.000 personas, un 42,5%.
Esto no evita la desaceleración que se está produciendo en el descenso del paro y que el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, que presentó ayer los datos de paro registrado de todo el año 2000, atribuye a un fuerte aumento del colectivo de demandantes del primer empleo.
No obstante, este argumento no sirve cuando se observa que en años anteriores este colectivo aumentó más del doble que en el pasado año y, sin embargo, los descensos del paro fueron mucho mayores.
De esta forma y aunque, los responsables de Trabajo se empeñan en negarlo, se comprueba que se está produciendo cierto agotamiento en el ritmo de creación de empleo y que el reducto que queda en las listas del Inem corresponde a aquellos colectivos de más difícil colocación, lo que se conoce como el "núcleo duro" del paro.
El propio Aparicio respalda esta teoría cuando insinuó ayer que muchos de los nuevos demandantes se inscriben en el Inem para cobrar ayudas auxiliares del Estado y no como auténticos demandantes de empleo, aunque aseguró que su departamento asigna a todos la "presunción de inocencia".
Otro signo de este peor comportamiento del desempleo es que en diciembre sólo cayó en 497 personas, cuando la media de los pasados 15 años era de 1.477 y en 1999 fue de 9.926 personas.
El descenso del paro volvió a afectar en mayor medida a los hombres, con un descenso de 6,7%, frente al 1,3% de las mujeres.
En cuanto a la contratación, en el año 2000 se registraron 1.208.141 contratos indefinidos, que representan el 8,7% del total de la contratación, manteniéndose en niveles similares en 1999.
Así se observa que esta contratación no ha seguido en aumento, en espera, quizá, de los beneficios que pueda otorgar una nueva reforma laboral a la contratación estable.
El superávit del sistema ascendió a casi medio billón de pesetas
Aunque la Seguridad Social registró el pasado año un menor crecimiento de afiliados que en ejercicios anteriores, esto no fue óbice para que el 2000 pase a la historia como el año en el que se recuperó el superávit del sistema, algo que no sucedía en los últimos tiempos.
El buen funcionamiento de las cuentas ha permitido la consecución de un superávit que ha rozado el medio billón de pesetas, según han reconocido los reponsables del Ministerio de Trabajo.
No obstante de esta cantidad hay que descontar los 177.000 millones de pesetas que se han destinado ya al pago de la revalorización de las pensiones por el desvío de la inflación en el año 2000.
Una vez descontada dicha cuantía, el superávit oficial de la Seguridad Social será el mencionado ayer por el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, quien lo cifró "en el entorno de 0,3% del PIB" (unos 300.000 millones de pesetas). Este porcentaje es el mismo que se espera obtener en el presente ejercicio.
Ejecución presupuestaria
Además, según las cifras facilitadas ayer por el secretario de Estado de la Seguridad Social, Gerardo Camps, la ejecución presupuestaria del año 2000, de la que se disponen datos hasta noviembre, demuestra que los ingresos por cotizaciones sociales han superado en 400.000 millones los ingresos previstos inicialmente.
Por lo que se refiere al gasto, "apenas ha habido desvíos", según Camps, quien si reconoció que tan sólo se ha gastado más de lo previsto en materia de prestaciones por maternidad, por el aumento de la natalidad, y en el pago de las nuevas ayudas por tercer hijo. En ambos casos, Trabajo "ha buscado" este aumento del gasto, dijo Camps.
Asimismo, se ha producido un gasto más elevado en el pago de la prestación por incapacidad temporal (IT), que Camps, no cuantificó pero que lo atribuyó al mayor número de afiliados y al aumento de las bases reguladoras por mayores sueldos, lo que hace que las prestaciones por IT sean también mayores.