Las cajas impulsan su expansión con la apertura de un 34% más de sucursales
Las cajas de ahorros reforzaron el año pasado su apuesta por expandirse, con la apertura de 727 nuevas sucursales, un 34% más de las que se abrieron en 1999 (541). Ni la aparición de nuevos canales de distribución, como Internet, ni las peticiones del Banco de España de que moderen su ímpetu comercial parecen haber modificado la estrategia de estas entidades.
Las cajas de ahorros siguen extendiendo su red de sucursales por todas las provincias españolas. El año pasado fortalecieron su apuesta por el crecimiento a través de nuevas oficinas como vía principal de captación de clientes.
Los canales alternativos de distribución como el teléfono o Internet, estrategia de negocio en la que se han volcado muchos bancos, sigue sin ser prioridad para las cajas, que llevan muy a gala su política de proximidad con el cliente.
Una encuesta elaborada por Cinco Días entre las 15 principales cajas de ahorros eleva a 727 el número de nuevas oficinas al cierre del año 2000, frente a las 541 que abrieron las mismas entidades un año antes, un 34% de diferencia en términos relativos.
Además, muchas tienen previsto planes de expansión más agresivos para este año 2001, que incluyen no sólo nuevas oficinas, sino seguir salpicando las ciudades españolas de cajeros automáticos.
Con esta política, que contrasta con el cierre de oficinas de los bancos, consecuencia, en gran parte, de los procesos de fusión protagonizados por los grandes (BSCH y BBVA), se amplía cada vez más la diferencia en número de oficinas entre bancos y cajas.
Datos del conjunto del sistema financiero a 31 de diciembre de 1999 hablan de 38.999 oficinas, de las que 16.905 corresponden a los bancos y 18.350 a las cajas de ahorro. Las 3.744 restantes son cooperativas de crédito. Hace cinco años las cajas tenían 15.874 oficinas y los bancos, 17.841. Es decir, en este periodo la red de las cajas ha crecido más de un 25%, mientras que la de los bancos se ha reducido más de un 6%.
Libertad de acción
Desde que el decreto de 29 de diciembre de 1988 suprimió las restricciones de estas entidades a la apertura de sucursales, su red no ha dejado de crecer. La mayoría ha agotado ya su cuota de mercado en sus territorios de origen, por lo que se han volcado hacia el exterior, principalmente hacia las zonas más próximas y hacia aquellas provincias con más volumen de negocio, como Madrid o las zonas turísticas de la costa.
De hecho, algunas de las entidades que han aportado sus datos comentan que prácticamente la totalidad de las nuevas oficinas se sitúan fuera de su espacio de origen.
Es el caso de la entidad castellano-leonesa, Caja España, que a su apuesta por convertirse en la tercera caja en Madrid en número de oficinas, detrás de Caja Madrid y la Caixa, suma ahora el interés por potenciar su presencia en el área valenciana, donde centrará su política de crecimiento en 2001. A excepción de las dos mayores, esta entidad se muestra la más activa, con 90 nuevos puntos de venta.
También destaca el caso de la andaluza Unicaja, que tiene previsto abrir 60 sucursales este año de las que 20 se ubicarán en Madrid y el Arco Mediterráneo, y otras 20 en zonas de Andalucía nuevas para la caja. En 2000, sin embargo, tan sólo abrieron tres oficinas. Fuentes de Ibercaja indican que entre el año pasado y éste tienen previsto completar su expansión nacional y conseguirán tener presencia en todas las provincias españolas, con oficinas en las principales localidades.
Destaca también Caixa Galicia, aunque su ampliación (65 oficinas) se debe a la compra de BNP.
Otro año más, La Caixa vuelve a encabezar la lista por número de sucursales abiertas (225), aunque algo por debajo del año anterior (310). Para este año prevé inaugurar otras 300 y emplear a más de 1.500 personas.
Caja Madrid se mostró más agresiva en 2000 que en 1999 y casi triplicó las aperturas, con 124 oficinas nuevas frente a las 40 que inauguró en 1999.
La deuda, clave para financiar el crecimiento
Las emisiones en obligaciones subordinadas se elevaron a 177.000 millones, un 671% más
Guillermo S. Vega Madrid
La decidida apuesta de las cajas de ahorro por expandir su número de oficinas se ha apoyado en gran medida sobre la emisión de deuda subordinada, ya que, por su status, estas entidades no pueden acudir a la Bolsa en busca de financiación. Durante el año 2000, las cajas emitieron un total de 1.064 millones de euros en este tipo de deuda (177.000 millones de pesetas), lo que supone un crecimiento del 671%, según datos de la AIAF.
Además, las cajas de ahorros también buscan cubrir con estas emisiones el fuerte (y sostenido) crecimiento que han experimentado en la concesión de créditos, que en el pasado mes de noviembre fue del 20%, y para apoyar sus incursiones en el mercado de renta variable. Las cajas de ahorros cuentan con una cartera financiera de 635.000 millones, sólo si se tienen en cuenta sus participaciones en bancos.
Por eso, las emisiones de deuda son una forma muy atractiva de aumentar el pasivo. Además, este tipo de obligaciones tiene la ventaja de que, además de aportar liquidez para financiar el crecimiento, computa como recursos propios de segunda categoría (Tier II). Hasta hace relativamente poco, ésta era una práctica habitual en la banca, pero infrecuente en el sector de cajas. Las cosas han cambiado.
En total, durante el pasado año las cajas de ahorros efectuaron 112 emisiones de obligaciones subordinadas. El importe medio de cada una de ellas fue de 96,7 millones de euros, poco más de 16.000 millones de pesetas.
La mayor emisión correspondió a Caja Madrid, que en mayo lanzó deuda por 91.000 millones de pesetas. Además, la entidad madrileña lanzó otra emisión más en agosto, esta vez por 8.300 millones.
Caixa Catalunya ha sido otra entidad que ha apostado decididamente por la deuda subordinada. En julio, lanzó una emisión de 20.000 millones, lo que le ha llevado a aumentar su volumen de pasivo subordinado en un 45%.
Otra posibilidad de las entidades financieras para obtener financiación es acudir a la emisión de participaciones preferentes. Con los tipos de interés relativamente bajos, las participaciones preferentes son un producto muy atractivo para los inversores. También computan como recursos propios, pero, a diferencia de las obligaciones subordinadas, son de primera categoría o Tier I, como se dice en la jerga especializada.
El pasado año, sin embargo, las entidades han echado mano de este recurso con menos asiduidad que en 1999, en gran medida por el gran éxito que han cosechado las obligaciones subordinadas.
Si en el año 2000 las cajas emitieron 3.200 millones de pesetas en participaciones preferentes, un año antes lanzaron títulos por 5.651 millones de pesetas. Es decir, este año ha habido un 43,4% menos de emisiones de este tipo. La mayor de ellas ha correspondido a La Caixa, con 2.000 millones de euros.
Las entidades de ahorro tienen 3,5 billones en participaciones
Las cajas de ahorros acumulaban a final de noviembre participaciones en empresas por importe de 3,46 billones de pesetas, casi un billón más que en el mismo mes del año anterior, informa Efe. Según los últimos datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), este incremento se produjo principalmente gracias al aumento de 1,17 billones en las participaciones en empresas de su propio grupo, es decir, en las que intervienen en la gestión. En ellas, acumulaban una inversión de 1,87 billones.
Sin embargo, las participaciones estables en otras compañías descendieron en esos 12 meses en 309.859 millones, hasta quedar en 780.732 millones, mientras que las inversiones en acciones aumentaron un 8,8% y se elevaron a 812.149 millones.
Las tres mayores cajas españolas (La Caixa, Caja Madrid y Caixa Catalunya) tenían a final de noviembre 1,95 billones de pesetas en participaciones, un 38,3% más que en el mismo mes del año anterior.