Las inversiones ambientales de Bayer superan los tres billones en 15 años
El grupo Bayer ha desembolsado ya dos billones de pesetas con fines ambientales y durante los cinco próximos años destinará uno más a la protección del entorno. El objetivo de la última década se ha centrado en combinar el aumento de la producción en más de un tercio anual, con una reducción progresiva de sus emisiones hasta el 90%. Bayer aplicará un sistema de control a sus productos, denominado excelencia, para garantizar el cuidado del entorno.
Durante los 10 últimos años el grupo Bayer ha destinado dos billones de pesetas (13.000 millones de euros) a infraestructuras para proteger el medio ambiente. En los próximos cinco ejercicios, otro billón de pesetas (7.000 millones de euros) se dirigirá a iniciativas ecológicas y de seguridad. En conjunto, ello implica una inyección superior a los tres billones de pesetas (20.000 millones de euros) en el cuidado del entorno en un periodo de 15 años.
La empresa mantendrá la finalidad de rebajar sus emisiones contaminantes. La estrategia se basa en el desarrollo de procesos y productos que generan menos residuos sólidos, menos aguas residuales y gases contaminantes durante el proceso de producción.
Bayer defiende la necesidad de ajustarse al desarrollo sostenible compatibilizando el progreso con el cuidado del entorno. La finalidad es causar el menor impacto posible en el medio ambiente y elaborar productos inofensivos que puedan ser reciclados.
No obstante, el equipo directivo destaca que cada vez cuesta más esfuerzo mejorar la protección ambiental y al mismo tiempo salvaguardar y consolidar la competencia internacional. "Para que esto ocurra, es muy importante que las demandas a las compañías sean similares en todo el mundo. Si cada país hace las cosas a su manera, no se resolverán la mayoría de problemas medioambientales, sino que se producirá una distorsión de las condiciones de competitividad", defienden.
Por ello abogan por la armonización de la legislación medioambiental a escala internacional.
Para controlar de forma más efectiva si los productos cumplen las expectativas de los consumidores y las demandas sociales y ambientales, la sociedad ha anunciado la introducción de un sistema único llamado excelencia de producto, que aplicará a todas las empresas del grupo.
Controles minuciosos
Tanto los productos actuales como los futuros serán examinados escrupulosamente, evitando los riesgos para la salud. Los controles e inspecciones se complementarán con posteriores análisis, con lo cual todas las propiedades de los productos estarán documentadas.
Las ventajas y desventajas de los productos se explicarán de forma sencilla a través de gráficos que resumen un largo número de parámetros recogidos bajo seis criterios distintos.
Con esta iniciativa, Bayer espera posicionarse a la cabeza de una nueva ofensiva en el mercado internacional referido al sector químico y farmacéutico.
Cada uno de los productos deberá cumplir una serie de condiciones: aportar beneficios a la humanidad al mismo tiempo que mantener un impacto mínimo sobre el medio ambiente y contribuir significativamente al desarrollo económico.
Los controles reflejan ya una considerable reducción de las emisiones desde la pasada década, así como la reducción del consumo de fuentes de energía. El volumen de aguas residuales se ha rebajado un 30%, mientras que los niveles de contaminación han caído hasta un 90%. Los residuos han descendido el 13% y se ha consumido un 20% menos de energía.
Las previsiones auguran que al final de esta década las emisiones de gas habrán descendido el 53%. De este modo las recomendaciones del Comité de Control de la RFA, que exigía una reducción de los gases del 25% hacia el 2005 y del 50% hacia 2020, se habrán cumplido con antelación.
Paralelamente y para el futuro, el grupo apuesta por el cierre de viejas plantas ya obsoletas y la construcción de nuevas estaciones que emitirán menos toneladas de dióxido de carbono cada año.
Asimismo, Bayer impulsará la implantación de prácticas amables con el entorno entre sus proveedores durante toda la cadena de comercialización para evitar que los esfuerzos se pierdan en el proceso que termina en el consumidor.