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Macron acaricia el Elíseo con permiso de la apatía y los votantes de derechas

Los sondeos conceden una victoria con el 63% al candidato liberal frente a Marine Le Pen La participación cae siete puntos respecto a 2012

Emmanuel Macron, a la salida del colegio electoral donde ha votado.
Emmanuel Macron, a la salida del colegio electoral donde ha votado.REUTERS

El meteórico ascenso de Emmanuel Macron hacia la presidencia de la República Francesa se enfrenta hoy al último obstáculo, en una jornada electoral que desde las ocho de la mañana ha llamado a las urnas a más de 47,5 millones de franceses.

El candidato liberal del movimiento ¡En Marcha! se perfila como vencedor, según todos los sondeos, que le dan una victoria de más de 20 puntos sobre la candidata ultraderechista Marine Le Pen. Las primeras proyecciones publicadas por los medios belgas (no afectados por la prohibición de dar datos durante la jornada que pesa sobre los medios franceses) otorgan a Macron una victoria por el 63% de los votos. De ser así el candidato liberal habría logrado la victoria tras enfrentarse en la recta final a la gran incógnita de la tasa de participación y a las dudas de los votantes del partido "popular", que tras la derrota de François Fillon en la primera vuelta se encuentran sin un candidato propio por primera vez en la historia de la V República.

A las 12 horas del mediodía, tras cuatro horas de votación, la participación se ha situado en el 28,23%, según datos del ministerio francés del Interior. Se trata de la tasa más baja en segunda vuelta desde 2002, cuando Jacques Chirac derrotó abrumadoramente al Frente Nacional con una alianza de todos los partidos para frenar a Jean-Marie Le Pen.

Esa unidad no existe en 2017. Los últimos sondeos indican que más de la mitad de los votantes conservadores se abstendrán o votarán por Le Pen, para no dar una holgada mayoría a un aspirante al que identifican con el presidente saliente, el socialista François Hollande. Macron fue ministro de Economía de Hollande, antes de crear hace un año su propio movimiento, de orientación centrista y liberal.

La abstención es la otra sombra que pesa sobre la probable victoria de Macron. En la primera vuelta (23 de abril) se situó en el 22,2%, un porcentaje que, de repetirse, favorecería al candidato favorito. Pero la ausencia de los dos principales partidos (socialistas y populares) en la segunda vuelta puede desmovilizar a parte del electorado, sobre todo, una vez que se ha consolidado la impresión sobre la inevitable victoria de Macron.

En el primer avance de participación, publicado a mediodía, había ejercido su derecho a voto el 28,3% de los electores franceses. El dato confirmaba las previsiones de una baja participación, puesto que se sitúa dos puntos por debajo de la segunda vuelta de 2012, cuando el socialista François Hollande se impuso al entonces presidente, Nicolas Sarkozy. La tendencia se ha agravado a lo largo de la jornada y en el avance de las cinco de la tarde la participación se desplomaba siete puntos respecto a 2012 y cinco respecto a la primera vuelta. A esa hora se sitúa en el 65,3%.

La resistencia a Macron de Francia insumisa, el movimiento de ultraizquierda liderado por Jean-Luc Mélenchon, también puede reducir el número de papeletas. Los sondeos indican que el 55% de los votantes de Mélenchon en la primera vuelta apoyarán hoy a Macron para impedir el triunfo de la candidata del Frente Nacional. Pero más de un tercio de los votantes de Francia Insumisa podrían abstenerse por su rechazo a la agenda liberal de Macron o porque ven muy poco probable una victoria de Le Pen.

Margen

A pesare de la mayoría que los sondeos conceden a Macron, lo cierto es que los dos candidatos llegan a la segunda vuelta con un apoyo bastante exiguo en relación con otras elecciones, lo que deja margen para la incógnita de los indecisos y de los votos en blanco.

Macron (24%) y Le Pen (21%) sólo sumaron en la primera vuelta 45% de las papeletas, mientras que Hollande y Nicolas Sarkozy sumaron en 2012 casi el 56%, mismo porcentaje que Sarkozy y Ségolène Royal cinco años antes.

La profunda erosióin de los partidos tradicionales, sobre todo del Partido Socialista, ha dejado a numerosos votantes sin una opción clara, volatilidad que añade incertidumbre a los comicios.

La incógnita se resolverá, previsiblemente, a las 20 horas de hoy domingo, cuando cierren los colegios electorales en París y en las grandes capitales.

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