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Francia insufla algo de vigor político en la alicaída zona euro

Bruselas espera que la victoria de Macron resucite el eje Berlín-París La CE desea reformar la zona euro para frenar la divergencia económica y el euroescepticismo

El candidato a la presidencia de Francia por el movimiento 'En Marche!' Emmanuel Macron durante un acto de campaña en Albi (Francia). EFE/FREDERIC SCHEIBER
El candidato a la presidencia de Francia por el movimiento 'En Marche!' Emmanuel Macron durante un acto de campaña en Albi (Francia). EFE/FREDERIC SCHEIBERFREDERIC SCHEIBER (EFE)

Las elecciones presidenciales francesas, que este domingo concluyen con la segunda vuelta, han pasado de observarse en Bruselas como una bomba de relojería para el proyecto europeo a convertirse en la cuenta atrás hacia una suerte de refundación de la resquebrajada Unión Europea o, al menos, de la alicaída zona euro.

La Comisión Europea ni siquiera disimula su entusiasmo por Emmanuel Macron y ha dado todo su apoyo al candidato liberal, que con toda probabilidad se alzará con la victoria frente a la ultraderechista Marine Le Pen.

Fuentes europeas confían en que la presencia de Macron en el Elíseo permita recuperar el imprescindible eje París-Berlín, quebrado desde el estallido de la crisis de la zona euro en 2010.

“Después de las elecciones en Alemania [septiembre de 2017], Berlín y París podrán acercar posturas y desarrollar algunas de las reformas pendientes en la estructura de la zona euro”, auguran fuentes comunitarias.

Bruselas aspira, como mínimo, a crear un presupuesto común que garantice los flujos de inversión; completar la unión bancaria con un fondo común de garantía de depósitos; e integrar en los Tratados de la UE el llamado Pacto fiscal y el fondo de rescate (Mecanismo Europeo de Estabilidad).

La Comisión también considera imprescindible frenar las divergencias económicas surgidas entre los países del euro para frenar un euroescepticismo que, según algunos sondeos, avanza sobre todo entre los votantes más jóvenes. “Una gran parte de la desafección hacia la UE se debe a la falta de desarrollo de su dimensión social”, señaló este viernes en Florencia el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

“Gane quien gane en Alemania”, calculan fuentes europeas, “el nuevo Gobierno buscará el entendimiento con París si Macron mantiene el compromiso reformista y de rigor fiscal que ha defendido hasta ahora”.

Las instituciones europeas necesitan creerse esa optimista interpretación para insuflar algo de ánimo “en este valle de lágrimas” , como Juncker definió el viernes a Bruselas

Pero el escenario color de rosa, o azul europeo, que anhela Bruselas no está garantizado ni siquiera con Macron en el Elíseo. El probable presidente de la República es una incógnita desde el punto de vista político (la presidencia sería su primer cargo electo) y de su capacidad para cumplir las promesas electorales.

El primer reto son las elecciones legislativas de junio, a las que Macron concurre con un movimiento (¡En Marcha!) con sólo un año de vida. Macron ha anunciado su intención de presentar candidatos en los 577 distritos electorales, para lo que necesitará atraer a conservadores (de Les Republicains), socialistas (PS) y centristas (el MD de François Bayrou).

Incluso si las urnas otorgan a Macron una cómoda mayoría en la Asamblea, el nuevo Gobierno no tendrá fácil aplicar las drásticas reformas (laboral y pensiones) que Berlín reclama como contrapartida para un giro económico en la zona euro.

Tampoco está claro que los grandes países de la zona euro (Alemania, Francia, Italia y España)  compartan la misma visión sobre el futuro de la Unión Monetaria.

Berlín se conforma con crear un Fondo Monetario Europeo que asuma la vigilancia presupuestaria, ahora adscritas a la Comisión (a la que se acusa de laxitud), y que someta a los países en dificultades a un rescate con estrictas condiciones.

Francia y los gobiernos del sur, entre ellos el de Mariano Rajoy, sueñan con un Tesoro europeo y con la emisión de eurobonos que pongan a raya de manera definitiva las dolorosa primas de riesgo que sufrió su deuda entre 2010 y 2012.

Fuentes europeas reconocen que no será fácil recuperar la sintonía entre Berlín y París. Pero esperan que al menos se ponga fin a las discrepancias que han impedido una profunda reforma de o la zona euro y que han condenado a varios socios a una de las crisis más profundas y largas de su historia.

63% a favor de Macron en los sondeos

El candidato liberal Emmanuel Macron podría convertire el 7de mayo en el octavo presidente de la República francesa con el 63% de los votos, según el sondeo del viernes de Ifop-Fiducial para Paris Match.

La brecha con Marine Le Pen (37%) se habría ampliado en tres puntos tras el debate televisado del miércoles, en el que la candidata de ultraderecha no logró aclarar alguna de sus propuestas más rompedoras, como la convivencia del euro y una nueva moneda nacional.

Sin partidos tradicionales

Por primera vez desde 1959, la segunda vuelta de las presidenciales se celebra sin los partidos tradicionales a izquierda y derecha, ambos eliminados en laprimera vuelta del pasado 23 de abril.

Macron se alzó ese día con la victoria con un 24,01% de votos, seguido de Le Pen con el 21,30%. Los conservadores de Fillon quedaron eliminados con el 20,01% y los socialistas de Hamon se fueron al quinto lugar con el 6,36%, por detrás de la ultraizquierda de Melenchon (19,58%).

La incógnita del primer ministro

A diferencia de Le Pen (que ha apostado Nicolas Dupont-Aignan, lider del partido Debout La France), Macron no ha dado el nombre de su futuro primer ministro, cargo al que podría aspirar el centrista François Bayrou, que apoyó al liberal en la primera vuelta.

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