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Michèle Carrandié: Barcelona se está quedando atrás en el mundo del arte

La francesa acaba de inaugurar en Madrid 'My Ladies', una serie de 20 retratos de 20 mujeres del siglo XX

Michèle Carrandié junto a algunas de las obras de 'My Ladies'.
Michèle Carrandié junto a algunas de las obras de 'My Ladies'.

Michèle Carrandié lleva más de 40 años dedicada al mundo del arte. Ha vivido en Barcelona, París, Roma y Londres. Ha trabajado en el sector publicitario y en el de la moda, pero también ha cultivado su propio estilo con los carboncillos, pasteles, acrílicos y óleos. Esta experiencia le permite afirmar que en la actualidad, Barcelona ya no es lo que era en lo referente al arte. “En los ochenta y noventa, era fantástica a nivel pictórico”, recuerda durante una entrevista a Cinco Días. Poco después, las galerías fueron vendidas para crear restaurantes y, ahora, la ciudad “ se está cerrando a las firmas catalanas”, afirma.

Madrid, donde acaba de inaugurar la exposición My Ladies, se está beneficiando de esa relajación de la Ciudad Condal y los artistas alternativos encuentran opciones en las numerosas galerías del centro. Además, el hecho de que sea en la capital donde se encuentren las grandes exposiciones de pintura, “abre una inquietud hacia el arte” que se refleja en el resto de los ámbitos.

En cualquier caso, las dos ciudades españolas no pueden compararse con las opciones que ofrece Berlín, el centro artístico europeo por excelencia. Ni Londres, ni París. ¿La razón? El nivel adquisitivo. “Un arte de galería funciona donde se compra”, explica Carrandié. Y los habitantes de la capital alemana, pero también los de Amsterdam, pueden permitírselo.

Esta artista francesa está pendiente de descubrir cómo responderán los madrileños a la serie de pinturas que expone hasta el día 14 en la Sala Prado del Ateneo. 20 retratos, cuyo precio oscila entre los 350 y los 2.500 euros, que homenajean a 20 mujeres que marcaron la esfera política y artística del siglo XX: Simone de Beauvoir, Amelia Earhart o Frida Kahlo, entre otras. No obstante, la muestra no es una reivindicación de la figura femenina, sino del “convencimiento de la gente” para salir adelante pese a todo lo que se interpone en su camino. De hecho, en la actualidad Carrandié está trabajando en una nueva serie dedicada a personajes masculinos, en esta ocasión, del mundo del jazz.

La inspiración para todos estos trabajos parte también de su época trabajando para el mundo de la moda –un campo que no descarta abordar en el futuro, pero desde una perspectiva más artística que la de aquellos años. No rechaza la idea de que la moda pueda ser arte, pero cuando se trabaja para un diseñador, la libertad de expresión se ve muy limitada. “La moda puede ser una cosa muy bonita estéticamente, pero la ha pedido un comercial, mientras que el arte no lo pide nadie”, subraya. Quizá iniciativas como la Uterqüe de intentar unir ambos mundos en su nueva concepción de tiendas, cuya decoración estará inspirada en la corriente mid-century, pueden acercar más ambos mundos. Las prendas de ropa estarán expuestas junto a piezas de arte. De hecho, entre sus objetivos está el dar a conocer el trabajo de jóvenes talentos.

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