¿Es peligroso comer panga? España, primer consumidor
Varias asociaciones de padres de alumnos piden que sea retirado de los comedores escolares
Es considerado el pescado de la crisis. El panga ha vivido años de boom en España y en otros mercados por su bajo coste en momentos de caída de consumo y del recorte del gasto en los hogares. Desde que hace unos días Carrefour anunciara que dejaba de venderlo en distintos países, se ha abierto un debate sobre su inclusión o no en la dieta.
España pasa por ser el principal mercado de la UE para la importación de panga, en especial procedente de Vietnam, el mayor productor de este pescado. Según datos del Ministerio de Agricultura, en 2015 se compró compró a Vietnam 23.179 toneladas por un valor de 47,6 millones de euros. Si bien, las estadísticas muestran un descenso en los últimos años.
Se trata de un pescado con una gran presión mediática, que ha llevado por ejemplo a las asociaciones de padres de alumnos a pedir que sea retirado de los comedores escolares por su escaso valor nutricional. Tal es así que el grupo Serunion que da servicio a más de 2.100 centros educativos ya ha anunciado que retirará el producto. Algunas autonomías ya habían planteado en los pliegos de los concursos que se mantuviera fuera de los menús. Otras, como Madrid, mantendrán el panga hasta que no haya una alerta sanitaria.
Carrefour y El Corte Inglés ya no lo venden
Tanto Carrefour como anteriormente El Corte Inglés han decidido retirar de los lineales este producto por el impacto medioambiental que tiene su producción.
Otras cadenas siguen vendiéndolo, como en el caso de la alemana Lidl, quien ha señalado que lo comercializará siempre y cuando lleven un certificado de sostenibilidad.
El resto de las principales cadenas de supermercados e hipermercados no definen de momento su posición públicamente y lo siguen comercializando, aunque alguna admite que está estudiando la cuestión.
Pero la crítica y el motivo por el que cadenas como Carrefour han decidido eliminar este pescado de sus lineales no se debe a un problema sanitario. Como todos los productos de alimentación que se consumen en la UE pasa por unos controles. Un estudio de la OCU en 2010 aseguraba que algunos pangas estudiados contenían mercurio, pero siempre dentro de los límites de la normativa sanitaria.
La gran presión mediática ha puesto el foco en un elemento en concreto, y es su impacto medioambiental. Distintas ONG han emitido diversas informaciones en las que se pone de relevancia lo negativo de la producción de este pescado.
Por ejemplo, Greenpeace aseguraba que se trata de un pescado producido en acuicultura (piscifactorías) sobre todo en las inmediaciones del Mekong, un río con un alto nivel de contaminación. El aumento de demanda ha llevado a hacer una producción más intensiva de este pescado que lleva a poner en peligro algunas zonas protegidas medioambientalmente, como los manglares. Además, la organización denuncia las condiciones laborales de "explotación" que sufren sus trabajadores.