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Tribuna
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La cuarta revolución industrial ha llegado

La apuesta por las nuevas tecnologías podría llevar a la industria española a una posición más competitiva en el mercado

Internet ha revolucionado nuestras vidas. Es una realidad que todos conocemos, pero en muchos sentidos, todavía no somos realmente conscientes de en qué medida lo ha hecho ni de todo lo que aún queda por llegar. La red ha abandonado los ordenadores trasladándose a todo tipo de aparatos, desde lámparas inteligentes que se encienden y apagan identificando nuestra presencia a pulseras que miden el impacto de nuestra actividad física cuando salimos a hacer deporte. Este fenómeno es conocido como el internet de las cosas (IoT), un fenómeno que lejos de frenarse ha seguido dando pasos agigantados hasta alcanzar nuevos ámbitos como la industria. Esta realidad es conocida como la industria 4.0 o el internet industrial de las cosas (IIoT), es decir, estamos siendo testigos de la Cuarta Revolución Industrial.

Este nuevo concepto impulsará cambios determinantes en nuestra sociedad, tal y como la máquina de vapor lo hizo en la Primera Revolución Industrial; la producción en cadena, en la Segunda; y los sistemas electrónicos, las tecnologías de la información y la globalización, a la Tercera. El IIoT se basa en conectar a internet todos los aparatos y dispositivos involucrados en la producción de manera que estén interconectados y envíen toda la información que generan en tiempo real. Se vincula así máquinas capaces de aprender, tecnologías big data, de sensores, comunicación de máquina a máquina y tecnologías de automatización creando una industria inteligente. Gracias a ella, es posible impulsar la productividad, mejorar los controles de calidad, la agilidad, la eficiencia, la sostenibilidad y la protección al medio ambiente, logrando ahorros muy importantes y optimizando, en definitiva, todos y cada uno de los procesos.

"Solo unos pocos sectores, como el automovilístico o el de la alta tecnología, han sabido adaptarse a este nuevo escenario"

Esta es considerada para muchos como la evolución natural del sector y el camino para aquellas empresas productivas que quieran adelantarse al futuro y lograr una posición privilegiada en el mercado. El potencial de la transformación digital es inmenso. Según los últimos datos, en el año 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos conectados a internet y es que, al contrario a lo que creemos, más del 99% de las cosas del mundo físico aún no lo están. Esto se traduce en una gran oportunidad para la industria de evolucionar. Solo unos pocos sectores, como el automovilístico o el de la alta tecnología, han sabido adaptarse a este nuevo escenario, beneficiándose de todas sus ventajas. Sin embargo, el IIoT es más accesible de lo que las empresas piensan. La clave es rodearse de los recursos adecuados y de profesionales que les apoyen en el proceso de transformación.

Según los últimos datos, la industria española representa actualmente un 16,1% del PIB, una cifra que, aunque todavía se encuentra muy por debajo del objetivo del 20% que marcó la Comisión Europea para 2020, es realmente significativa. La apuesta por las nuevas tecnologías, teniendo también en cuenta la calidad y diversidad de nuestra industria, podría llevarla a alcanzar una posición mucho más favorable en el mercado, siendo más competitiva a todos los niveles. Estos años de crisis afectaron en gran medida a su estancamiento por la falta de inversión, pero actualmente el escenario es otro, más alentador. Pese a que una de cada dos empresas españolas aún desconozca las ventajas de este nuevo entorno tecnológico, ha crecido el número de aquellas que muestran una mayor predisposición a embarcarse en su particular proceso de transformación digital. Un cambio que se ha visto reflejado incluso con más intensidad en pequeñas y medianas empresas que veían la digitalización como un asunto a tratar por las grandes compañías.

Con las nuevas herramientas fruto de los avances tecnológicos ya es posible conseguir una infraestructura basada en la gestión de datos simples y complejos, así como en aplicaciones y capacidades propias de la economía en red y de las ciudades inteligentes. Apoyándose en una red de millones de dispositivos conectados que procesan la información con total seguridad y que proveen de un conocimiento predictivo en tiempo real, las compañías ya pueden dar un gran salto tanto cualitativo como cuantitativo. El análisis predictivo, el procesamiento de eventos complejos, la geolocalización o la funcionalidad telemática son solo algunas de las herramientas apoyadas en cloud que permiten lograr un valor añadido, decisivo en este nuevo escenario digital. La maximización del valor de la innovación a través de la industria 4.0 se convierte así en el camino para alcanzar el éxito.

Adriana Sola es socia directora de Altim.

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