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Administración pública

La Agencia Tributaria, vista por tres exdirectores

Reclaman que los cambios de Gobierno no supongan el relevo de los altos cargos Exigen más medios y medidas para garantizar la independencia del organismo

La Agencia Tributaria cumple 25 años, una efeméride que la Organización de Inspectores de Hacienda ha aprovechado para reunir en Gijón durante su congreso anual a tres exdirectores del organismo encargado de recaudar los grandes impuestos y luchar contra el fraude fiscal. Abelardo Delgado, el primer director que tuvo la Agencia Tributaria, señaló que el ente público debería tener un estatuto que garantizara su independencia.

Más allá de la forma de nombramiento del director de la Agencia Tributaria, los exaltos cargos criticaron que un cambio de Gobierno suponga la rotación de prácticamente todos los altos cargos. Juan Manuel López Carbajo, que fue director de la Agencia Tributaria y secretario de Estado de Hacienda, se mostró más contundente y señaló que los cambios de altos cargos ante la entrada de un nuevo Gobierno son propios de “repúblicas bananeras”.

El director de la Agencia Tributaria es elegido por el Consejo de Ministros a propuesta del ministro de Hacienda. Carbajo aseguró que no es realista pensar que la Agencia Tributaria pudiera estar desvinculada del Ministerio de Hacienda cuando es el organismo del que dependen la mayor parte de los ingresos del Estado.

Salvador Ruiz Gallud, que fue director de la Agencia Tributaria con el Gobierno de José María Aznar y que hoy forma parte del despacho Equipo Económico, fue el ponente más crítico y señaló la ausencia de seguridad jurídica actual con el que se encuentran las empresas por los continuos cambios de criterio. Los tres exdirectores defendieron que la principal función de la Agencia Tributaria debe ser fomentar el cumplimiento voluntario. Ruiz Gallud lamentó que la última reforma de la Ley General Tributaria ha elevado los plazos de la inspección fiscal y propuso que se incentiven a los inspectores por cerrar actas con conformidad. Una postura que criticó Carbajo, que señaló que el cierre con acuerdo o sin acuerdo dependerá de cada situación. Si bien reconoció que vincular parte de la retribución a los objetivos es muy criticado, añadió que resulta imprescindible que existan baremos que permitan evaluar el trabajo de los inspectores.

Los tres exdirectores defendieron que la labor de la Agencia Tributaria es en términos generales buena y señalaron que el organismo requiere de más medios. El número de funcionarios en la Agencia Tributaria se ha reducido durante la crisis económica. Actualmente tiene una plantilla superior a 20.000 efectivos.

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