César Alierta: una larga trayectoria al frente del grupo
César Alierta no va a dejar Telefónica. De hecho, seguirá formando parte del consejo, cargo que ocupa desde 1996, cuatro años antes de acceder a la presidencia, y centrará su trabajo en la presidencia ejecutiva de Fundación Telefónica. La teleco tiene proyectos ambiciosos en esta área. De hecho, en las cuentas de 2015 hizo una provisión de 325 millones para cubrir sus necesidades de los próximos ejercicios. Así, tendrá despacho tanto en la sede del Distrito C como en la de la Gran Vía madrileña.
Será un paso más en la vida de Alierta, que llegó a la presidencia de Telefónica en el verano de 2000, en sustitución de Juan Villalonga, que en su última etapa estuvo inmerso en distintas operaciones como la posible fusión con KPN, que provocó el rechazo del Gobierno español como de los grandes accionistas. Alierta ha convivido con tres presidentes del Gobierno, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Bajo su mandato, la operadora experimentó un fuerte crecimiento con grandes adquisiciones, entre las que destacaron las filiales de BellSouth en Latinoamérica, Cesky Telecom y O2, que dio presencia a la empresa en Reino Unido, Alemania e Irlanda. En 2010, Telefónica compró el 50% que tenía Portugal Telecom en la brasileña Vivo. Alierta siempre defendió las inversiones en Latinoamérica, una zona considerada estratégica. “Invertíamos en Latinoamérica cuando nadie lo hacía y nos quedamos cuando todos se fueron”, dijo. Entre 2000 y 2015, Telefónica ha invertido 100.000 millones.
En 2012, la compañía puso en marcha un agresivo plan de venta de activos para reducir deuda. Entre otros, vendió un 7,5% de China Unicom y su participación en Telecom Italia, dos empresas con las que estableció fuertes lazos (con la china todavía la mantiene y es consejero). También vendió Atento, un 23% de Telefónica Deutschland, y las filiales de Irlanda, Chequia y Eslovaquia. La teleco está en proceso de venta de su filial británica a Hutchison. Una vez cerrada la operación, el ratio de deuda frente a ebitda pasará de 2,91 veces a menos de 2,38.
En sentido contrario, Alierta impulsó adquisiciones de gran magnitud como la brasileña GVT y la germana E-Plus para consolidar su posición en estos países. Así, deja a Telefónica como la sexta teleco del mundo con 341 millones de accesos.
Alierta afrontó decisiones estratégicas que convirtió en tendencia en el sector, como la amortización de las licencias UMTS o la creación de Telefónica Digital, con la consiguiente expansión en negocios como la ciberseguridad, el internet de las cosas y el big data. La teleco se ha reforzado en la televisión de pago en España y Latinoamérica, con operaciones como la compra de DTS (matriz de Canal+).
En el ámbito personal, Alierta sufrió en 2015 el fallecimiento de su mujer, Ana Cristina Placer, tras una larga enfermedad. El directivo siempre acompañó a su esposa en todos sus ingresos hospitalarios. Antes de Telefónica, Alierta, gran aficionado del Real Zaragoza, club de fútbol de su ciudad, fue responsable del área de Mercado de Capitales en Banco Urquijo y presidente-fundador de Beta Capital. En 1996 accedió a la presidencia de Tabacalera, desde donde impulsó la fusión con la francesa Seita, que dio lugar a Altadis.