Apple trabaja en fundas para los iPhone con control táctil para evitar el uso de los botones
La idea que tiene la firma de Cupertino es la de reducir el uso de los botones físicos en sus teléfonos al colocar estos accesorios. Sin duda, una idea que le hubiera gustado mucho a Steve Jobs.


Los accesorios móviles cada vez son más importantes, y un ejemplo son las fundas que protegen a los smartphones. Apple está trabajando para que estas sean algo más que un elemento que protege al terminal, y parecen dispuestos a desafiar esta convención y transformar radicalmente la forma en que se interactúa con los iPhone.
Así, la firma liderada por Tim Cook trabaja en una nueva generación de fundas para los modelos Pro que irían mucho más allá de la simple protección contra caídas y arañazos. Hablamos de una integración total entre el hardware externo y el software interno mediante superficies capacitivas.
Una nueva piel inteligente para los iPhone
Según los datos conocidos, los ingenieros de la compañía de la manzana mordida están explorando la viabilidad de lo que denominan internamente como interfaces táctiles de segunda capa. Aunque la descripción técnica es bastante vaga, como suele ocurrir en estas etapas tempranas del desarrollo, el concepto central gira en torno a una superficie interactiva integrada en el material de la funda.

Es crucial diferenciar esta propuesta de intentos anteriores vistos en la industria. No estamos hablando de una pantalla secundaria como las que LG o ASUS intentaron popularizar hace años en sus accesorios tipo libro -ni tampoco de un teclado físico acoplable al estilo de las antiguas BlackBerry-. La idea de Apple para los iPhone apunta a ser mucho más sutil y elegante: una capa de sensores invisible al ojo humano, embebida en la silicona, el cuero o el tejido trenzado de la funda, capaz de detectar la presión, el deslizamiento y los toques simples. Gracias a ellos, el smartphone interpretaría estas señales eléctricas como comandos directos, permitiendo ajustar el volumen, bloquear la pantalla o disparar la cámara sin necesidad de utilizar un botón mecánico a través de una capa de goma.
¿la puerta hacia un iPhone sin botones?
Para entender por qué Apple dedicaría tiempo y dinero a una funda tan compleja, debemos revisar el contexto general de sus planes de hardware a largo plazo. Durante años, los analistas han señalado que el objetivo final de los diseñadores de Cupertino es un iPhone que sea un solo bloque de vidrio y metal, sin interrupciones. La eliminación del puerto de auriculares y la adopción de la eSIM en ciertos mercados fueron los primeros pasos. El siguiente gran obstáculo son los botones de volumen y encendido.
Apple ya ha registrado numerosas patentes que describen chasis con bordes sensibles al tacto y sistemas de respuesta háptica que simulan la sensación de un clic sin que haya movimiento físico real. De hecho, muchos esperaban ver esta tecnología en la gama 15 o 16, bajo el nombre en clave Project Bongo, pero problemas técnicos retrasaron su implementación… y aquí es donde entra en juego la funda capacitiva.

Si Apple elimina los botones físicos, las fundas tradicionales dejarían de ser funcionales, ya que no habría nada que presionar. Además, un accesorio de este tipo que sea inteligente y que se conecte al sistema (probablemente a través de una versión avanzada de MagSafe o un conector propietario similar al Smart Connector del iPad) solucionaría el mencionado problema de usabilidad, permitiendo a los usuarios seguir teniendo controles físicos simulados en los bordes de su carcasa protectora.
Los informes sugieren una transición gradual en la tecnología de los botones durante los próximos años. Se espera que la línea del iPhone 18 introduzca controles mecánicos revisados con menor recorrido, mientras que el salto definitivo hacia los controles de estado sólido apoyados por motores hápticos llegaría presumiblemente con la versión 20 del terminal de la firma de Cupertino.
Muchos retos que superar
A pesar del entusiasmo que puede generar esta filtración, no todo es color de rosa. Nos encontramos todavía en una fase que los expertos denominan “de patente y filtración”, lo que significa que no hay ninguna garantía de que estos prototipos lleguen a las estanterías de las Apple Store.

Uno de los principales desafíos será el coste. Las fundas oficiales de Apple ya se sitúan en un rango de precios elevado, oscilando habitualmente entre los 59 y los 79 euros dependiendo del material. Introducir capas de sensores capacitivos, chips de control y materiales conductores elevaría inevitablemente el coste de fabricación. ¿Estaría el consumidor medio dispuesto a pagar, hipotéticamente, entre 100 y 150 euros por una funda, por muy inteligente que sea? La respuesta dependerá enteramente de la utilidad real.
Además, la durabilidad es un factor clave. Una funda está destinada a recibir golpes, a ensuciarse y a desgastarse. Integrar electrónica sensible en un objeto cuyo propósito principal es el sacrificio para proteger al iPhone plantea interrogantes sobre la vida útil del accesorio. Apple tendría que desarrollar materiales que sean, a la vez, altamente resistentes y perfectamente conductores, y esto no es precisamente sencillo.

