Liquid Glass sí o no, ¿merece la pena actualizar a la beta de iOS 26 por este motivo?
La nueva interfaz del sistema operativo de Apple está generando opiniones divididas entre los usuarios a la hora de actualizar los iPhone.


Apple continúa con sus esfuerzos por mejorar la experiencia de usuario a través de las últimas versiones de software, destacando especialmente dos lanzamientos recientes: iOS 18.6 RC y iOS 26 beta. Ambos buscan satisfacer necesidades diferentes, pero en lo que respecta al sistema operativo de los iPhone, la versión de prueba de la que hablamos introduce funciones ambiciosas y cambios visuales notables, como Liquid Glass. Y a este respecto muchos tienen una gran duda: ¿vale la pena actualizarse por este cambio de interfaz de usuario? Te muestro lo que debes tener en cuenta para poder tomar la decisión adecuada.
Liquid Glass: el gran reclamo visual
Una de las principales novedades de iOS 26 es la interfaz Liquid Glass, una evolución estética que da un nuevo aire a la experiencia de usuario en el iPhone. Este rediseño se inspira en materiales translúcidos y superficies que interactúan con el entorno, ofreciendo transparencias, reflejos y bordes suavizados. El resultado es ciertamente llamativo: la pantalla principal presenta un efecto vidrio líquido que responde dinámicamente a la luz y el movimiento, añadiendo profundidad y viveza a los menús, widgets y notificaciones.

Aunque visualmente espectacular, el nuevo diseño no es del todo neutro y, esto, en la práctica, hace que la legibilidad puede resentirse -especialmente en el modo claro bajo luz solar directa-. De esta forma, pueden existir dificultades para distinguir los elementos en la pantalla cuando hay mucha luz y, además, aún existen ciertas inconsistencias de color y contraste que Apple seguro que pulirá en próximas revisiones.
Más allá del aspecto: rendimiento y batería
Como ocurre con cualquier versión de prueba, las mejoras visuales en iOS 26 llegan acompañadas de desafíos a nivel de rendimiento y eficiencia. En dispositivos actuales, como el iPhone 16, la interfaz Liquid Glass se mueve con fluidez. Pero en modelos más antiguos (iPhone XR es un claro ejemplo de ellos) se han detectado ciertas ralentizaciones, animaciones poco ágiles e incluso sobrecalentamientos tras largas sesiones de uso.
Evidentemente, estamos todavía ante una beta, pero el impacto sobre la experiencia diaria apunta a que será bastante tangible. Juegos y aplicaciones exigentes sufren caídas de frames, y la gestión térmica aún no está completamente optimizada. Falta trabajo por realizar.
En cuanto a la autonomía, las sensaciones son mixtas, por lo que se ha conocido. Mientras que iOS 18.6 RC ha sido alabado por su estabilidad en la gestión de batería, permitiendo largas jornadas de uso sin preocupaciones, iOS 26 beta exhibe un comportamiento algo errático: durante los primeros días tras instalarla, el consumo se dispara, aunque después tiende a estabilizarse. Lo recomendable, en este apartado, es cautela… sobre todo a quienes dependen del iPhone durante todo el día sin acceso frecuente a la carga.

Compatibilidad: ¿apto para todos los dispositivos?
Otro aspecto relevante al considerar la actualización a iOS 26 es la compatibilidad con las diferentes gamas de iPhone. Mientras que iOS 18.6 RC se muestra solvente incluso en modelos veteranos como el XR o el 11, la nueva beta de iOS 26 penaliza mucho más a los dispositivos de gamas anteriores de los teléfonos de Apple.
Que el sistema esté más orientado a explotar el potencial de los procesadores de última generación no es ninguna sorpresa, pero conviene remarcarlo: el salto a iOS 26 resulta comprensible y vistoso en un iPhone recién salido del horno, pero puede frustrar seriamente a quienes cuentan con hardware envejecido.
¿Es aconsejable dar el salto solo por Liquid Glass?
Con todo lo dicho, la decisión de actualizar a iOS 26 solo por acceder a la nueva interfaz Liquid Glass debe basarse en una valoración de las necesidades y expectativas personales:
Quienes priorizan la estabilidad, la duración de la batería y la fiabilidad general, encontrarán en iOS 26 RC una apuesta segura hasta que Apple refine el nuevo sistema.

Por otro lado, los entusiastas del diseño y los usuarios siempre ávidos de lo más reciente disfrutarán con la innovación que representa Liquid Glass y el resto de las novedades estéticas y técnicas.
Eso sí, deben estar preparados para convivir con errores, bajones de rendimiento y una autonomía aún inestable mientras la beta madura. Para la mayoría, la recomendación es esperar a versiones finales y estables de iOS 26, en las que la interfaz Liquid Glass brille de verdad sin servir de excusa a fallos más molestos.

