Google busca conseguir algo increíble gracias a la IA: entender el lenguaje animal
La compañía de Mountain View está avanzando a la hora de conseguir esto, algo que parece sacado de una película de ciencia ficción.


Durante mucho tiempo, la idea de entender lo que dicen los animales ha sido un sueño reservado a la ciencia ficción. Sin embargo, los avances recientes en inteligencia artificial están acercando esa fantasía a la realidad. Google, junto con investigadores de todo el mundo, está explorando cómo aplicar tecnologías de traducción automática -como las que ya usamos para idiomas humanos- al lenguaje de otras especies. ¿Estamos ante el nacimiento de un Google Translate para animales?
El reto: descifrar los sonidos del reino animal
La comunicación animal es compleja, diversa y, en muchos casos, inaudible para el oído humano. Desde los clics de los cachalotes hasta los chillidos ultrasónicos de los roedores, cada especie tiene su propio sistema de señales. Traducir esto es algo más que curiosidad: se necesita una combinación de grandes volúmenes de datos, algoritmos avanzados y una comprensión profunda del comportamiento animal.
Actualmente, se ha conseguido identificar “dialectos” únicos en diferentes especies. Un ejemplo son las colonias de ratas topo. El caso es que se ha advertido que estos evolucionan y se transmiten generacionalmente, lo que sugiere una estructura comunicativa más sofisticada de lo que se pensaba. Gracias al aprendizaje automático, los investigadores han podido analizar más de 36.000 vocalizaciones y asociarlas con emociones o situaciones específicas en los animales de los que hablamos.

DeepSqueak: el software que escucha lo que nosotros no podemos
Uno de los desarrollos más prometedores en este campo es DeepSqueak. Esta es una herramienta creada por la Universidad de Washington que analiza vocalizaciones ultrasónicas de roedores. Este software convierte los sonidos en sonogramas visuales, permitiendo a los algoritmos detectar patrones que escapan al oído humano. La efectividad es buena, ya que este desarrollo ha sido capaz de diferenciar entre sonidos positivos -como los que emiten los ratones al recibir una recompensa- y vocalizaciones asociadas al estrés o la amenaza.
Pero su utilidad no se limita a los roedores. DeepSqueak también se ha adaptado para estudiar la comunicación de ballenas, murciélagos y otros mamíferos. En el caso de los murciélagos egipcios, por ejemplo, se logró clasificar el 61% de los chillidos agresivos dentro de una colonia, revelando matices en las llamadas que antes pasaban desapercibidos.
CETI: el ambicioso proyecto para hablar con ballenas
Uno de los esfuerzos más ambiciosos en esta área es el Proyecto CETI (Cetacean Translation Initiative), una iniciativa internacional que busca descifrar el lenguaje de los cachalotes mediante inteligencia artificial. CETI combina robótica, biología marina, lingüística y aprendizaje automático para recopilar y analizar miles de horas de grabaciones submarinas.
El equipo ha identificado más de 150 “codas” -secuencias de clics que podrían funcionar como fonemas- y está desarrollando modelos lingüísticos que relacionan estos sonidos con comportamientos específicos. El objetivo final no es solo entender lo que dicen las ballenas, sino también responderles de forma ética y respetuosa.
Google y la idea de traducir el lenguaje animal
Aunque el concepto de Google Translate para animales comenzó como una broma del April Fool’s Day en 2010, la idea ha cobrado vida propia. Diana Reiss, experta en comunicación de delfines, lo resume así: “Estamos intentando crear un Google Translate para animales”. Y aunque Google no ha lanzado oficialmente una herramienta con ese nombre, su experiencia en procesamiento de lenguaje natural y traducción automática está inspirando a muchos investigadores en este campo.

Hay que tener en cuenta que traducir el lenguaje animal no es solo una cuestión técnica. También plantea preguntas éticas profundas: ¿podemos interpretar correctamente lo que dicen otras especies? ¿Qué consecuencias tendría para la conservación, la medicina veterinaria o incluso los derechos animales?
Si logramos entender lo que los animales comunican sobre su entorno, con ayuda de compañías como Google y su traductor, podríamos detectar cambios en los ecosistemas antes de que sean evidentes para los humanos. En el caso de especies en peligro, esta tecnología podría revelar patrones de apareamiento, preferencias territoriales o señales de alarma frente a amenazas ambientales. Un espectacular avance, sin duda alguna.

