Cómo ajustar el ecualizador como un profesional para disfrutar del mejor sonido
Esto es clave con los contenidos multimedia


Si alguna vez has pensado que tu música podría sonar aún mejor con algunos ajustes, entonces necesitas conocer el mundo y uso del ecualizador. Esta es una herramienta que te permite moldear el sonido de tu música de manera sutil o dramática. Pero, ¿qué es exactamente un ecualizador? ¿Qué significan todas esas frecuencias? Te guiaré para que sepas todo lo que necesitas al respecto.
¿Qué hace exactamente un ecualizador?
Un elemento, también conocido como EQ, es un procesador de audio que te permite ajustar los niveles de varias frecuencias de sonido. Imagina que tu música es una escultura sonora; el ecualizador es el cincel que te permite esculpirla. Con un ecualizador, puedes realzar ciertos instrumentos, atenuar otros e, incluso, crear efectos de sonido únicos. En esencia, te ayudan a que tu música suene exactamente como tú quieres.
Los ecualizadores varían en la cantidad de personalización que permiten. Algunos tienen solo tres bandas, una para graves, otra para medios y otra para agudos. Estos son ideales para ajustes rápidos y generales. También es común encontrar ecualizadores con seis o nueve bandas, que permiten ajustes algo más específicos. Como es lógico pensar, cuantas más bandas tenga mayor será el control que tendrás sobre las diferentes frecuencias.

Es importante indicar que algunas plataformas de streaming, como Spotify, tienen un ecualizador integrado, para que puedas ajustar la música específicamente para Spotify. Y, como no, son bastantes las aplicaciones de auriculares también tienen ecualizadores.
Las frecuencias clave
Para entender cómo funciona un ecualizador, es crucial conocer las diferentes bandas de frecuencia y su impacto en el sonido. El espectro de audio se divide en varias secciones, cada una responsable de un rango de sonidos específico:
- Agudos: el rango alto, o agudos, cubre frecuencias que suelen ir de los 4.000 Hz hasta 20.000 Hz. Muchas veces, estos sonidos son de percusión más altos, sibilancia y cualquier otra cosa que agregue presencia o claridad a una pista. Estos no suelen ser el sonido principal del instrumento en sí, sino los armónicos más altos u otros sonidos emitidos por un instrumento, como las frecuencias más altas cuando una baqueta golpea un platillo. Los agudos son importantes para que la música suene detallada y clara, por lo que debes asegurarte de no jugar demasiado con ellos. Muy pocos agudos harán que tu música suene plana, sin vida y confusa… mientras que demasiados harán que suene estridente. No te molestes en ajustar las frecuencias por encima de 20.000 Hz si tu ecualizador lo permite, ya que lo más probable es que no puedas escucharlo de todos modos.
- Medios: estos gestionan una gran cantidad de elementos en la música, con un rango medio-bajo de 250 Hz a 500 Hz, un medio de 500 Hz a 2.000 Hz y medio-alto de 2.000 Hz a 4.000 Hz. El primero cubre sonidos como instrumentos de metal, de viento, de madera y voces de tenor y alto, así como el extremo inferior de las voces de soprano. Las guitarras, los pianos y otros instrumentos de cuerda se encuentran en gran parte en el rango medio, así como las voces de soprano. Las frecuencias de rango medio-alto están más en el ámbito de la percusión, así como los armónicos para instrumentos más bajos. Ajustar cualquier parte de estos tiene un impacto muy notable en tu música, ya que la mayoría de los instrumentos se encuentran justo en este rango. Si tus medios son demasiado bajos, podrías tener dificultades para escuchar los instrumentos en comparación con el bajo, por poner un ejemplo.
- Bajo: abarca desde 60 Hz hasta 250 Hz, proporciona un elemento rítmico integral a la música. Es mucho más audible que el sub-bajo (del que hablaré luego) y es la base sobre la que se construye la música popular. Un bajo enfatizado puede hacer que la música sea más bailable… pero si se hace incorrectamente, puede abrumar los medios y los agudos y hacer que una canción sea menos matizada y agradable. Por otro lado, muy poco bajo hará que una canción sea mucho menos interesante. Es común usar un ecualizador para realzar el bajo, ya que es una parte muy agradable de las reproducciones. Pero vale la pena recordar que aumentar demasiado el bajo puede introducir distorsión, y es posible que sea mejor un ligero aumento de graves mientras se reducen otras frecuencias.
- Sub-bajo: es la región más baja del espectro, por debajo de 60 Hz, hasta el sonido más bajo audible para los humanos. Más que “escucharse”, el sub-bajo se “siente”. Es la base rítmica de muchas pistas, y aunque sutil, juega un papel crucial en la profundidad y la energía de la música. Si sientes que a una canción le falta profundidad y ritmo, intenta subir un poco el sub-bajo. Por otro lado, si una pista está llena de matices retumbantes, bájalo lo suficiente para que siga siendo audible, pero sin distraer de otras partes de la pista.

Siempre personaliza a tu gusto
Un aspecto importante para encontrar un buen ecualizador personalizado es el género de música que escuchas. Si es electrónica o pop, probablemente tendrás diferentes preferencias que las personas que escuchan principalmente música clásica. Si te encantan los bajos fuertes, probablemente querrás subir un poco las frecuencias de graves y restar énfasis a los medios. Haz esto gradualmente para no perder los otros instrumentos de la pista en medio del bajo. Importante: no subas demasiado el bajo, de lo contrario, obtendrás algo de distorsión.
Para música como jazz o clásica, querrás una ecualización relativamente plana. Es decir, sin refuerzo de graves que resten énfasis en el rango medio y sin un gran refuerzo en los agudos. Una respuesta de frecuencia plana asegura que escuches la pista tal como se pretendía masterizar. Experimenta con diferentes configuraciones y descubre qué suena mejor para ti. Digan lo que digan, no hay reglas fijas, y la mejor ecualización es la que te permite disfrutar más de tu música. Con un poco de práctica, puedes usar el ecualizador para transformar tu experiencia y llevar tu amor por la música a un nuevo nivel.