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El telescopio James Webb encuentra un planeta que apunta a tener... ¡un océano!

Es la mejor apuesta encontrada hasta la fecha en la búsqueda de agua líquida

CEERS collaboration explore the first wide, deep field image from the James Webb Space Telescope at the Texas Advanced Computing Center’s Visualization Lab on the UT Austin campus on July 21, 2022. Credit: Nolan Zunk/University of Texas at Austin.
CEERS collaboration explore the first wide, deep field image from the James Webb Space Telescope at the Texas Advanced Computing Center’s Visualization Lab on the UT Austin campus on July 21, 2022. Credit: Nolan Zunk/University of Texas at Austin.Nolan Zunk
Iván Martín Barbero

La búsqueda de habitabilidad en el universo se puede reducir, en muchos casos, a la búsqueda de agua. No hemos encontrado formas de vida que se desvinculen de esta sustancia en nuestra concepción de esta, por lo que debemos aceptar la presencia del agua como nuestro guía en la búsqueda de mundos similares al nuestro. Y el telescopio James Webb es un gran aliado para este cometido.

Por esta razón, los científicos se emocionan cuando encuentran un exoplaneta que probablemente contenga agua, especialmente en forma líquida en lugar de hielo o vapor. El caso es que un equipo de investigadores anunció que un planeta fuera del sistema solar podría tener un océano templado de agua del tamaño de la mitad del Atlántico.

Lo que se sabe de este planeta

Bautizado como LHS 1140 b, el exoplaneta orbita una estrella enana roja de aproximadamente una quinta parte del tamaño del sol y se encuentra a 48 años luz de la Tierra -en la constelación de Cetus-. Pero lo más importante es que se encuentra en la zona habitable de su estrella, también conocida como la “zona de Ricitos de Oro”. Como sugiere ese apodo, esta es el área alrededor de una estrella donde no hace ni demasiado calor ni demasiado frío para que se albergue agua líquida.

James Webb
This artist’s concept shows what exoplanet K2-18 b could look like based on science data. K2-18 b, an exoplanet 8.6 times as massive as Earth, orbits the cool dwarf star K2-18 in the habitable zone and lies 120 light-years from Earth. A new investigation with the NASA/ESA/CSA James Webb Space Telescope into K2-18 b has revealed the presence of carbon-bearing molecules including methane and carbon dioxide. The abundance of methane and carbon dioxide, and shortage of ammonia, support the hypothesis that there may be an ocean underneath a hydrogen-rich atmosphere in K2-18 b. [Image description: Illustration of an exoplanet planet and its red cool dwarf star on a black background that is speckled with some small stars. The planet is large, in the foreground on the right and the star is smaller, in the background at the lower left. The planet is various shades of blue, with wisps of white scattered throughout. The left edge of the planet (the side facing the star) is lit, while the rest is in shadow. The star has a bright red glow.]NASA, CSA, ESA, J. Olmstead (STScI), N. Madhusudhan (Cambridge University)

Aunque ha sido noticia ahora debido al nuevo estudio que involucra datos del JWST, LHS 1140 b ha estado en el radar de los cazadores de planetas desde hace algún tiempo. De hecho, los expertos ya habían teorizado que este podría ser un mundo acuático en el pasado, e incluso compartieron información sobre cómo podría ofrecer a la humanidad la primera evidencia directa de agua líquida en un exoplaneta.

El James Webb confirma las expectativas

Sin embargo, faltaba algo hasta ahora: el ojo agudo del Telescopio Espacial James Webb. Era necesario porque, durante mucho tiempo, había algo así como una brecha en la información sobre LHS 1140 b. Básicamente, el problema era que los científicos no podían confirmar si el exoplaneta era un mini-Neptuno -un planeta menos masivo que nuestro Neptuno original, pero que aún tiene características neptunianas- o una super-Tierra. Esta segunda opción es un mundo más grande que la Tierra, pero aún rocoso o rico en agua. Esto último suele sonar la alarma de “potencial habitabilidad”, y los científicos habían imaginado que el telescopio del que hablamos podría ser el que la activará.

Vale la pena señalar que LHS 1140 b no está completamente solo en sus características; también hay otros exoplanetas en la zona habitable que atraen a los científicos. Los más obvios son probablemente los siete mundos del sistema TRAPPIST-1.

Exoplaneta LHS 1140 b detectado por Jame Webb
Planeta LHS 1140 bB. Gougeon/Université de Montréal

El caso es que los datos del James Webb sugieren además que la masa del exoplaneta podría estar compuesta entre un 10 por ciento y un 20 por ciento de agua líquida, y pintan una imagen fantástica de cómo podría verse el planeta en términos simples. Podría parecer una bola de nieve, esencialmente, que orbita su estrella mientras rota de tal manera que un lado siempre mira hacia esa estrella. Es un poco como la órbita de la luna alrededor de la Tierra; nunca podemos ver el lado lejano de la luna porque la luna rota a la misma velocidad a la que gira alrededor de la Tierra. Un lado nunca nos mira, y el otro siempre lo hace.

De manera similar, esto significaría que, si la ilustración de la escena de LHS 1140 b es correcta, el lado del planeta que siempre mira hacia su sol estaría expuesto a mucho calor. Esta sería la parte de la bola de nieve que se derrite en un océano líquido. Aunque el equipo asegura que se debe realizar mucho más trabajo, especialmente con el James Webb, en la observación de los matices de LHS 1140 b, siempre es una buena noticia tener una pista a seguir cuando se buscan agujas en un pajar. Y, esta, es precisamente un comienzo muy prometedor.

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