Vivir con un coche híbrido, el tecnoconductor ha llegado para quedarse
Es una realidad que es una manera nueva de conducir
La esperanzadora sombra del ahorro, la sostenibilidad y la tecnología aparece en el horizonte de cualquier usuario que deje atrás un coche analógico y salte a un híbrido. El estímulo de la electricidad como combustible hace que el conductor se replantee todo, y se tenga que incorporar en su vida nuevos elementos digitales sin “morir en el intento”.
Guste o no, es toda una oda a la tecnología. Desde la propulsión del coche, al control de la misma, pasando por los sistemas de recarga, es sí o sí un ejercicio de apps e Internet. Este atractivo shock tecnológico al final se convierte en un maravilloso compañero de viaje siempre gestionado desde el móvil. Al menos así lo hemos sufrido y al final disfrutado en nuestra experiencia en la que hemos dejado atrás al diésel contaminante para vivir con un híbrido enchufable. El mejor sistema para muchos, ya que une lo mejor de dos mundos.
La sana locura de las apps
Por un lado, un Porsche Panamera E-Hybrid que se desplaza hasta 50 kilómetros en ciudad con el aura del silencio como compañero, por otro, dos aplicaciones, una de Iberdrola y otra de Endesa. Cuando el cargador privado se instale en nuestro garaje habrá que instalar una nueva app. Trío de aplicaciones para el caballero que diría un crupier.
Primer punto interesante, día de gestiones en Madrid, siempre en modo eléctrico. Consumo igual a cero, la ausencia de sonido por bandera y el respeto al medio ambiente en la zona de emisiones cero de la ciudad. Coste 4 euros (frente a los 7/9€ de un coche con combustible), al menos eso dice la app X Way de Endesa y eso que estamos pagando muy cara la electricidad por jugar fuera de casa (0,39€/KWh). Cuando nos instalen el cargador, que será listo como él solo, llenará nuestro coche de 1 a 7 de la mañana. Con un precio 0,04€ por KWh, puede que llenar los casi 18 KWh del coche nos cueste menos de un euro.
Un colega de trabajo nos apunta que con las placas solares que ha puesto ha pagado “menos 7 euros este mes”. Habrá que analizar la opción. Pero aquí no acaba todo, en nuestra mochila de apps, incluimos un par de las que utilizamos para los parquímetros, también nos dan opción de hacer recargas eléctricas en medio de la ciudad, a precio alto, pero casi siempre más económica que la gasolina. Además, cambiamos de chip mental, ahora el ostracismo de un parking en medio de la ciudad o dentro de un hotel se convierte en la oportunidad de cargar nuestro coche, ya que muchos sitios lo ofrecen sin coste.
¿Quieres más? Los supermercados no paran de apostar por los cargadores eléctricos, es más, hasta las zonas de ocio lo hacen. En nuestra experiencia, Lidl, Ahorramás, Alcampo, El Corte Inglés fueron víctimas de nuestras paradas fugaces donde la compra se convirtió en recarga.
Conducción tecno
Después del toque puramente tecnológico aplicamos la misma receta en la conducción. Los coches híbridos o eléctricos están llenos de gráficos e indicadores en tiempo real que nos inducen e informan de cómo generar energía con el movimiento y la frenada. Energía 100% limpia que con un poco de atención e intención se puede convertir en mucha. Y es que es una realidad que es una manera nueva de conducir y sobre todo de interacción tecnológica, es un nuevo comportamiento como conductor.
Un gráfico muestra la pila de la batería; otro el consumo en tiempo real en KWh; uno más animado nos incita con la capacidad de carga; otro no menos interesante nos dice cómo se gasta, al lado reza el tiempo que vamos modo confort y el que nos hemos excedido pisando más de la cuenta… parte de todo ello además replicado en la pantalla central del sistema de infoentretenimiento del Porsche Panamera E-Hybrid, donde tenemos nada más y nada menos que dos modos de conducción eléctrica y tres para la gestión de la batería. Lo dicho, la tecnología al servicio del conductor en la máxima expresión.
Una vez al volante, ese simple ejercicio de levantar el pie nos da energía, por lo que con un poco de atención habrá mil y una bajadas en tu ciudad o lugar de circulación que ahora harás sin pisar el acelerador, lo que reportará unos céntimos de euro que pueden ser mucho al final del día. Te pasará igual con las frenadas, no las dejes de lado, son tus aliadas. Otro detalle si conduces un coche con cualquier sistema de propulsión eléctrica cuidado con los excesos, si pisas más de la cuenta el consumo sube mucho más deprisa que en un gasolina.
La industria de la combustión lleva más de un siglo a la eléctrica en este sentido y se nota. La tecnología avanza, pero aquí tiene su tarea pendiente, pero bueno, al fin y al cabo si compras un coche híbrido o eléctrico, será porque quieres ahorrar y respetar el medio ambiente. Eso de correr e ir deprisa, no va contigo. Como dicen en los negocios… estamos en contacto.