Problemas para un cohete de SpaceX… ¡Y sin despegar!
Caída de uno de los cohetes de la compañía de Elon Musk
Aunque lo parezca, no todo lo que ocurre en las compañías de Elon Musk es perfecto. Y un ejemplo es lo que se ha conocido con un cohete de SpaceX. Lo cierto, es que pese a lo peligroso de lo que ha pasado, por suerte no ha ocurrido nada grave con uno de los cohetes pesados de la empresa que ya tiene un acuerdo con la NASA.
Lo que ha ocurrido es un problema con la plataforma de sujeción colapsara en parte, y por ello el cohete con todo su peso se ha incluido y desplazado. Eso ha supuesto que se produjera un impacto en el hangar en el que estaba colocado el SN9 y que, por extensión, se produjeran algunos desperfectos en el cohete. Un ejemplo es que este quedara con una inclinación de cinco grados por la presión antes de chocar con las paredes de acero.
Impacto que es muy peligroso
Esto no se debe a la carga que tiene el cohete, ya que en ese momento estaba vacío, pero su potencial caída hubiera significado un problema realmente grave. Por suerte, en el banco de trabajo del Super Heavy no ha existido impacto alguno, lo que hubiera significado que los trabajadores tuvieran problemas. Por suerte, las aletas del fuselaje son las que han absorbido el impacto y han conseguido que la caída completa se detuviera.
En lo que tiene que ver con los daños sufridos por el cohete, estos son diversos, pero tiene arreglo. Un ejemplo de los desperfectos producidos es que los flaps de estribor y de proa del SN9 quedaron prácticamente inutilizables, por lo que se tiene que proceder a su cambio. Además, todo hace indicar que la verticalidad del cohete quede fuera de eje, por lo que, ya que solucionar esto antes de ser lanzado como es lógico pensar. Por suerte, el resto del aparato aparentemente quedó intacto. El caso es que esto apunta a ciertos retrasos en los lanzamientos que se tienen previstos (y está por ver si finalmente se tiene que desechar el uso de este modelo).
Elon Musk estuvo allí un día antes
Esta es una curiosidad, pero unas 24 hora antes de lo ocurrido (que fue el 11 de diciembre, pero se ha conocido ahora), tanto Elon Musk como Gwynne Shotwell, directora de operaciones de SpaceX, estuvieron en ese mismo hangar justo debajo del cohete en cuestión. Por suerte, nada pasó hasta pasado un tiempo después. Un golpe de suerte.