Pronto podrás saber si tu hijo sube o baja del autobús escolar y por dónde va
Instituciones de EE.UU. dejan a los padres estar informados al instante.
El ámbito escolar es otro de los lugares donde la tecnología tiene mucho que decir, aunque todavía se siguen utilizando los mismos métodos analógicos de hace 30, 40 o más años. Y es que, ¿por qué no saber dónde están nuestros hijos o si el viaje en el autobús escolar ha tenido algún tipo de contratiempo?
En EE.UU. ya llevan tiempo implementando sistemas que ayudan a los padres a saber exactamente dónde se encuentra el autobús que lleva o trae a sus hijos a casa. Se trata de aplicaciones que nos sitúan en tiempo real el lugar por el que circula y que nos puede ser especialmente útil a la hora de planificarnos las rutas, o si surge algún imprevisto (tenemos médico y no llegamos), interceptar el bus para recoger a nuestro hijo. No todo tiene que ver con la seguridad, sino con la de saber cuánto tiempo le queda para llegar a casa, o si en determinadas circunstancias se producen emergencias en las que podemos echar una mano.
Autobuses y mochilas con GPS
En Nueva York, por ejemplo, muchos colegios tienen digitalizadas las líneas que recorren los autobuses escolares para señalarles en un mapa a los padres por dónde circulan. Esto es posible gracias a la conectividad GPS que instalan cada vez más vehículos y que permite obtener los datos de una forma rápida y sencilla. De momento, solo el 52% del parque móvil tiene este tipo de tecnologías instaladas, pero los nuevos vehículos ya vienen, en muchos casos, con Wifi, etc.
Pero hay un caso muy especial: se trata de una escuela de San Diego, California, que ya está experimentando yendo un paso más allá, ya que no solo informa a los padres de por dónde va el autobús escolar, sino que les dice si va su hijo dentro o no. Esto es posible porque desde la escuela se pide a los alumnos que lleven sus tarjetas de identificación encima, que deben registrar en el autobús tanto cuando suben como cuando bajan.
Evidentemente estamos hablando de programas piloto, aislados, que no se corresponden con un panorama general y mucho menos en España, donde de momento este tipo de iniciativas corren siempre a cargo de colegios, más que de un plan general con aspiraciones de implementación.