Cómo escuchar la música que hay en tu ordenador desde la Xbox One
La manera más sencilla de escuchar música en la Xbox One es pagar por el servicio musical que tiene en marcha Microsoft para sus dispositivos... pero no es la única manera de hacerlo y, además, podemos ahorrarnos la suscripción si lo que tenemos es una buena biblioteca musical en nuestro ordenador porque, por ejemplo, hemos pasado a MP3 nuestra colección de CD - no vamos a entrar en cómo se ha generado esta biblioteca, allá cada uno con su conciencia-.
Para conseguirlo nos harán falta dos elementos, una cuenta de OneDrive y la aplicación Groove instalada en la videoconsola. El primer paso es tan sencillo como entrar en OneDrive y en las carpetas que nos crea por defecto tenemos que copiar la música que queremos tener disponible en la consola en la carpeta "Música" para poder acceder a ella después. En este momento tenemos que señalar que no sólo vale este tutorial para la nueva Xbox One, la Xbox 360 tiene también disponible la aplicación Groove por lo que es igual de sencillo montar este sistema.
El único límite que tendremos es el que marque el límite de almacenamiento que tenga nuestra cuenta de OneDrive. Por defecto con la cuenta tenemos un límite de 15 GB que se incrementan en 50 GB, es decir hasta 65 GB por 2 euros al mes. Luego ya hay tarifas superiores asociadas a Office 360 de hasta 1 TB por 10 euros al mes.
Continuando con la tarea, ahora es el momento en el que descargaremos la aplicación Groove en la consola, sea cual sea de las dos que antes hemos mencionado. Aunque se indica que tenemos una "prueba de 30 días", no hace falta activar el servicio "Music Pass", que es una suerte de Spotify para escuchar en streaming toda la música que hay en la plataforma. Lo que nos interesa de Groove es la posibilidad de conectarse con OneDrive, donde tanto la música MP3 e incluso, si tenemos un iPhone, la música de iTunes se puede guardar ahí para escucharlo con la aplicación desde la consola.
Ya sólo nos quedará activar Groove, dejarla sonando en segundo plano y ponernos a jugar con nuestro juego favorito al que le habremos añadido la banda sonora que más nos gusta y no la que lleva el título.