Crean un chip que permitirá andar a los tetrapléjicos
El año pasado, investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, demostraron con éxito como una sistema de estimulación eléctrica y química permitió a unas ratas de laboratorio cuya médula espinal había sido cortada, caminar de nuevo.
Una de las técnicas utilizadas que ayuda a tratar las lesiones en la médula espinal consiste en colocar un dispositivo electroestimulador bajo la duramadre, que es la envoltura que protege el sistema nervioso. El problema es que este tipo de prótesis son muy rígidas y terminan rozando con el tejido nervioso provocando su rechazo a las pocas semanas.
Ahora, el equipo de científicos de la EFPL (Escuela Politécnica Federal de Lausana) ha creado un dispositivo con unas propiedades mecánico-flexibles y elásticas prácticamente iguales a las del tejido natural que se puede implantar en la médula espinal para estimularla sin causar fricción y abrasión tisular. Está fabricado con un sustrato transparente de silicio donde se embeben los elementos electrónicos y químicos que estimulan la médula espinal en el punto de lesión.
Este implante ha sido denominado e-Dura (duramadre electrónica) y ya se han realizado ensayos insertando el implante en ratas paralíticas, las cuales, han conseguido volver a caminar después de un periodo de entrenamiento. Además, después de dos meses no se ha detectado ningún tipo de rechazo por lo que se podría hablar de que es compatible con la implantación a largo plazo.
El éxito se puede basar en que el dispositivo tiene las mismas propiedades mecánicas que la propia duramadre, por lo que se abren nuevas posibilidades terapéuticas para pacientes humanos que hayan sufrido traumatismos o trastornos neurológicos, en particular para aquellos individuos que se han quedado paralizados después de una lesión de la médula espinal. Incluso se ha llegado a estimar que el dispositivo podría funcionar hasta casi diez años en un paciente humano.
Este dispositivo abre nuevas posibilidades como tratamiento en personas que sufren lesiones medulares, aunque su potencial hace que se pueda usar para ayudar también en los tratamientos de la epilepsia, el Parkinson o como terapia contra el dolor.
El equipo de la EFPL tiene planificado realizar ensayos clínicos en seres humanos y ya estarían preparando un prototipo para su comercialización.