El objetivo de EE UU de ser autosuficiente en chips está al alcance
La gran incertidumbre radicará en el talento
Puede que la promesa de Donald Trump de traer de vuelta la fabricación de chips a Estados Unidos no sea tan descabellada después de todo. Washington está en negociaciones comerciales con Taiwán y espera un gran compromiso de inversión, dijo hace poco el secretario de Comercio, Howard Lutnick. Solo unos meses antes, había fijado el “hercúleo” objetivo de fabricar internamente el 40% de los chips necesarios, describiéndolo como “autosuficiencia razonable”.
Tiene razón. ...
Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS
Puede que la promesa de Donald Trump de traer de vuelta la fabricación de chips a Estados Unidos no sea tan descabellada después de todo. Washington está en negociaciones comerciales con Taiwán y espera un gran compromiso de inversión, dijo hace poco el secretario de Comercio, Howard Lutnick. Solo unos meses antes, había fijado el “hercúleo” objetivo de fabricar internamente el 40% de los chips necesarios, describiéndolo como “autosuficiencia razonable”.
Tiene razón. Debido a los gigantes asiáticos liderados por TSMC, la cuota de EE UU en la capacidad mundial de fabricación de chips se redujo del 37% en 1990 a solo el 10% en 2022, según la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA). En los procesadores más avanzados que alimentan los centros de datos de IA, la cuota de EE UU es casi nula, lo que lo hace depender en gran medida de Taiwán, presionada por China.
Hay indicios de que iniciativas como la Ley Chips y Ciencia están funcionando. Desde 2020, el sector privado ha anunciado más de 500.000 millones de dólares en inversiones, según la SIA y Boston Consulting Group; se espera que tripliquen con creces la capacidad de fabricación de chips de EE UU para 2032.
En el caso de los de gama alta, las ganancias pueden ser mayores. La consultora TrendForce prevé que EE UU lleve al 22% su cuota de la capacidad mundial de fabricación avanzada en 2030, frente al 11% de 2021. Será sobre todo a expensas de Taiwán, cuya cuota caería a menos del 60%. En marzo, TSMC dijo que ampliaría sus inversiones en EE UU en 100.000 millones, hasta 165.000 millones. Las palabras de Lutnick sugieren que habrá más.
TSMC genera tres cuartos de sus ingresos en EE UU. Supongamos que esa es también la cuota del Tío Sam en la demanda mundial de alta gama. Eso implicaría, según TrendForce, que el país sería capaz de hacer algo menos del 30% de los chips avanzados que usa, lo que no está muy lejos del objetivo de Lutnick, aunque supera el plazo que él desea.
Pero la gran incertidumbre radicará en el talento. Taipéi quiere mantener su tecnología más avanzada en la isla. La Casa Blanca pretende que las firmas taiwanesas formen a trabajadores de EE UU, y podría exigir también que TSMC implante más centros de I+D y construya sus instalaciones más avanzadas allí. Sería un gran paso hacia la autosuficiencia.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías