Poner en peligro a los ‘osos’ permite que los instintos animales de la IA se desaten
Los vendedores en corto se están convirtiendo cada vez más en una especie en peligro de extinción
A medida que la población de osos alpinos se acercaba a la extinción en el siglo pasado, los ciervos rojos de Italia tenían más libertad para comer la vegetación de las laderas de las montañas, lo que alteró progresivamente el frágil equilibrio del hábitat. Un desequilibrio similar amenaza hoy en día los mercados, ya que los vendedores en corto se están convirtiendo en una especie cada vez más en peligro de extinción. Con la inteligencia artificial alimentando los instintos animales, la falta de depredadores prolongará la vida de las comadrejas y las hienas financieras.
Los cuchillos vu...
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A medida que la población de osos alpinos se acercaba a la extinción en el siglo pasado, los ciervos rojos de Italia tenían más libertad para comer la vegetación de las laderas de las montañas, lo que alteró progresivamente el frágil equilibrio del hábitat. Un desequilibrio similar amenaza hoy en día los mercados, ya que los vendedores en corto se están convirtiendo en una especie cada vez más en peligro de extinción. Con la inteligencia artificial alimentando los instintos animales, la falta de depredadores prolongará la vida de las comadrejas y las hienas financieras.
Los cuchillos vuelven a estar afilados para los escépticos financieros. Alex Karp, CEO de Palantir, apuntó a principios de noviembre contra Michael Burry, famoso por La gran apuesta, y Andrew Left, de Citron Research, quienes se centraron en la empresa de software y su valoración de más de 200 veces sus ganancias. Karp acusó a estos inversores de “manipulación del mercado”. Un par de semanas más tarde, el jefe de Opendoor, Kaz Nejatian, reveló con alegría una distribución especial de warrants a los accionistas, diciendo que “arruinaría la noche” a aquellos que apuestan en contra de la empresa de compraventa de viviendas de 7.000 millones de dólares que dirige, cuyo precio de las acciones ha subido un 400% este año.
Es un terreno de caza muy transitado. El CEO de Lehman Brothers, Dick Fuld, culpó a las ventas en corto al descubierto, es decir, a quienes venden acciones antes de tomarlas prestadas, y a los “difusores de rumores” por el colapso de Bear Stearns y por contribuir a la quiebra de su banco de inversión en 2008. Elon Musk, autoproclamado absolutista de la libertad de expresión, critica habitualmente a los que él llama “destructores de valor”, amplificando el oprobio que se remonta al menos cuatro siglos atrás, a la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Hoy en día, las hordas de compradores de acciones meme, los mayores costes de financiación y unas normas más estrictas también están presionando cada vez más a los escépticos.
Las cifras sugieren que los inversores bajistas campan a sus anchas. El interés corto acumulado en las empresas que siguen el Russell 3000 creció hasta 1,4 billones a mediados de noviembre, aproximadamente un 20% más que un año antes, según S3 Partners. El volumen supone además el 3,8% de la capitalización bursátil total, el doble del mínimo alcanzado a principios de 2023, pero por debajo del máximo de casi el 5% alcanzado en 2021, según LSEG. Pero estos datos reflejan en gran medida un aumento de las llamadas estrategias neutrales al mercado, en las que los hedge funds tratan de equilibrar las posiciones largas y cortas. En otras palabras, las apuestas bajistas se usan sobre todo para compensar las alcistas.
Los pesimistas de verdad
Los auténticos pesimistas que detectan todo, desde valoraciones infladas hasta fraudes, están disminuyendo. El número de fondos de cobertura con sesgo bajista ha descendido de más de 50 en 2008 a solo 10, mientras sus activos bajo gestión se han reducido aproximadamente a la mitad, hasta menos de 4.000 millones, informa la empresa de seguimiento del sector HFR. Las campañas activistas a la baja, como la que está llevando a cabo Daniel Yu, de Gotham City, contra Iron Mountain, compañía de gestión de documentos y datos valorada en 25.000 millones, también se redujeron un 40% desde 2019 hasta unas 100 el año pasado, según los datos recopilados por el proveedor de software de gobernanza y cumplimiento Diligent.
Una de las empresas que ha cerrado hace poco es Hindenburg Research. Su fundador, Nate Anderson, disolvió su pequeño equipo en enero, afirmando en una carta de despedida que los reguladores habían acusado a casi 100 personas basándose, al menos en parte, en el trabajo de la empresa. Entre ellos estaba Trevor Milton, fundador del fabricante de camiones eléctricos Nikola.
Jim Chanos sufrió importantes pérdidas antes de decidir en 2023 devolver el capital a los inversores tras un largo historial en el que destacó por vender en corto Enron antes de que se hundiera bajo un escándalo contable. Ahora imparte clases sobre la historia de las fechorías financieras en Yale y comparte opiniones con 56.000 seguidores en X. Burry, que tenía dudas sobre los títulos hipotecarios de alto riesgo antes de la crisis de 2008, cerró su Scion Asset Management el mes pasado. Días después, presentó Cassandra Unchained, un boletín de Substack que ya ha atraído a más de 120.000 suscriptores.
Probablemente sea más difícil que nunca apostar contra los precios de las acciones. El S&P 500 se ha disparado casi un 90% en lcinco años, impulsado por los estímulos presupuestarios relacionados con la pandemia, seguidos del auge de la IA. La llegada de las acciones meme también plantea nuevos retos, a medida que multitud de inversores minoristas se unen en torno a firmas en dificultades, como la minorista Bed Bath & Beyond, lo que impulsa el precio y obliga a los vendedores en corto a cubrir sus posiciones. El coste de tomar prestadas acciones para hacer las operaciones también ha alcanzado el nivel “más alto de la historia de EE UU”, con un coste anualizado de más del 100% para cientos de acciones individuales, escribió Acadian Asset Management el año pasado.
Desde que los holandeses prohibieron las ventas en corto en 1610, los pesimistas profesionales han sido objeto de ataques habituales de los reguladores. Siguen apareciendo nuevas normas, a pesar de que hay al menos algunas pruebas de que esta práctica no agrava las caídas del mercado, como suelen afirmar los críticos. A partir de 2026, los gestores de fondos de EE UU deberán informar mensualmente a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de toda posición corta superior a 10 millones de dólares o al 2,5% de las acciones en circulación del emisor, lo que amenaza con restringir la actividad de venta en corto al disuadir a los inversores de superar el umbral de divulgación. Pero es posible que haya una modificación o una reescritura bajo el mandato del nuevo jefe de la SEC, Paul Atkins, después de que un tribunal de apelación ordenara recientemente a la agencia evaluar el impacto económico.
Ahuyentar a los bajistas hará más daño que bien, especialmente en un momento en el que la Casa Blanca está haciendo la vista gorda ante los delitos de cuello blanco y perdonando a aquellos, como el fundador de Nikola, condenados por ellos. Los febriles sueños de la IA están elevando las valoraciones, y los inversores exuberantes tienen un historial de credulidad. Con menos bestias de garras afiladas merodeando por los mercados, el inventario de engaños financieros se acumulará y se agravará sin que se note durante más tiempo de lo habitual.
Tampoco faltan estudios que indican que las ventas en corto tienen efectos muy positivos. Uno de 2024 estudió las acciones chinas entre 2009 y 2020 y descubrió que un aumento de las apuestas bajistas podría corregir los errores de valoración y mitigar la “irracionalidad” del mercado. Los escépticos a tiempo completo ayudan a controlar las deficiencias de gobernanza y a mejorar la fijación de precios, al garantizar que las prácticas cuestionables reciban tanta atención como las alegres declaraciones de las salas de juntas. Como señala otro estudio: “Las acciones con una venta en corto anómala más elevada se valoran de forma más eficiente, como se observa en los menores errores de valoración”. O sea: los bajistas tienen una función.
La UE también se dio cuenta de ello y, al final, ayudó a reintroducir a los depredadores en los Alpes italianos. Luego hubo varios ataques al ganado y a los humanos, lo que dio lugar a la etiqueta “orsi problematici”. En los círculos de inversión también hay un pequeño número de osos problemáticos, que merecen ser eliminados. Pero, en general, sería mejor encontrar una forma de convivir en armonía con estas criaturas para mantener el equilibrio de la naturaleza.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías