Las claves: Airbus y la gestión de las turbulencias
Cuando parecía que el fabricante europeo había salido airoso, un nuevo aviso de problemas técnicos se añadió ayer a la lista, resultando en una fuerte caída en Bolsa
Mucho se ha hablado en los últimos meses de los problemas de la fabricante estadounidense de aviones Boeing, y de la oportunidad que ello podía suponer para Airbus. Sin embargo, las alegrías, como las penas, no solo van por barrios, sino que pueden cambiar con relativa facilidad. En apenas 48 horas, el grupo europeo ha tenido que aterrizar 6.000 aviones para realizar unas modificaciones que los protegiese de las radiaciones solares, en una demostración de eficiencia y tratamiento conservador de los problemas digna de mención (y de comparación con el caso de Boeing). Pero, cuando parecía que el fabricante había salido airoso, un nuevo aviso de problemas técnicos (esta vez en el fuselaje) se añadió ayer a la lista, resultando en una fuerte caída en Bolsa. Estos sustos, aunque por el momento circunstanciales, pueden hacer peligrar los objetivos del conglomerado europeo, que aspira –gracias a la debilidad de su competidor estadounidense– a conseguir su ambicioso objetivo de entregas a cierre de este año. Los inversores estarán atentos a estos datos y a la gestión de estas y otras posibles turbulencias.
El posible efecto en los precios del brote de peste porcina
El brote de peste porcina en Cataluña ya ha provocado el bloqueo de 120 certificados sanitarios de exportación a casi 40 países. China, por el momento, ha regionalizado el foco y seguirá comprando carne de fuera de la provincia de Barcelona. La evolución de la crisis y la reacción de los importadores repercutirá en consecuencia en el negocio de los ganaderos, que pueden verse obligados a bajar los precios de sus productos, para poder darles salida en los mercados que les queden abiertos; por ejemplo, el español. Por ahora, solo se puede desear que la crisis se controle y se reduzca al menor alcance posible.
Lo que puede haber visto Buffett en Alphabet para romper sus costumbres
Que Warren Buffett, que no suele apostar por empresas tecnológicamente avanzadas (porque suelen ser más difícil de entender, o, al menos, de pronosticar), haya comprado 17,8 millones de Alphabet, matriz de Google, es señal de que le ha llamado la atención particularmente, como ya lo hizo Apple. En aquel caso, el fundador de Berkshire Hathaway subrayó que era una compañía más de bienes de consumo que de tecnología. En el de Google, se puede adivinar que le habrá seducido su muy profesional gestión, centrada más en el negocio que en el politiqueo; y puede que se haya fijado en que las investigaciones en inteligencia artificial de Google DeepMind se caracterizan por enfoques concretos y relativamente modestos, frente a los sueños de grandeza de otros.
La frase del día
Reino Unido debe afrontar que el Brexit dañó de forma notable la economía. No existe una visión para el país que no lo sitúe como una economía abierta y comercial. La recuperación pasa por reducir fricciones con la UE. Debemos ser adultos al respecto, aceptar que eso exigirá concesionesKeir Starmer, primer ministro británico
Messi gana con el balón pero sufre con el ladrillo
Independientemente de las filiaciones de cada uno, es difícil negar que Lionel Messi ha sido un gran jugador de fútbol. Su faceta empresarial no luce, sin embargo, con tanto brillo como sus balones de oro. La sociedad inmobiliaria del astro argentino perdió casi 7,5 millones de euros el año pasado, según las cuentas que acaba de presentar en el registro. Una cifra que se modera a la luz de los resultados, al menos en 2023, de la sociedad matriz, el vehículo a través del cual articula sus negocios empresariales el futbolista. La del fútbol, aunque muy lucrativa, no deja de ser una carrera corta, y no es extraño ver a grandes figuras arruinadas a los pocos años de colgar las botas. La gestión del dinero –y, sobre todo, a quién confiársela– es una cuestión fundamental.