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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El camino de la inversión en un terreno inestable

Operadores en la Bolsa de Nueva York.
CINCO DÍAS

A falta de una sesión bursátil, la del lunes, para que concluya el primer semestre, el balance financiero de la primera mitad de año es intenso y caótico, como la propia actualidad mundial, marcada principalmente, pero no en exclusiva, por una Casa Blanca volcánica. Con todo, el principal referente de la Bolsa mundial, el índice MSCI World, cotiza en máximo histórico, superando una guerra comercial, riesgos de recesión, la crisis en Oriente Próximo, las dudas sobre el mercado de deuda y, fundamentalmente, unos niveles de incertidumbre desconocidos. Pero (en términos económicos) la Casa Blanca no ha roto nada definitivamente y, de hecho, en los mercados se ha hecho famoso un acrónimo impensable en otros entornos: Taco (Trump siempre se acobarda). Es una forma, quizá un tanto complaciente, de navegar el caos. De hecho, las dudas sobre Estados Unidos y el reequilibrio global del carteras han generado un mucho mejor desempeño a este lado del Atlántico... Pero el S&P 500 está en zona de máximos históricos.

Uno de los mantras de los mercados es que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Con más razón hoy por hoy, donde la actualidad es más caprichosa y cambia en plazos más cortos que nunca. El mundo de la inversión es especialmente complejo hoy y, por eso, los expertos apuestan por tendencias de fondos que no estén al albur de los cambios de humor del presidente estadounidense: la pujanza de la banca doméstica, la estabilidad de empresas con ingresos recurrentes o firmas beneficiadas por los planes de defensa europeos.

En términos macroeconómicos, los planes expansivos de las autoridades europeas, junto a un entorno más predecible en términos de política económica y monetaria, justifican mantener la apuesta por el Viejo Continente. Pese a su mejor comportamiento en los últimos meses, las valoraciones siguen siendo atractivas, sobre todo con el S&P 500 en máximos.

El mundo ha cambiado, y el mercado también: las apuestas sencillas que funcionaron en etapas anteriores ya no son tan claras, y en un terreno inestable es más conveniente que nunca vigilar dónde se ponen los pies. El giro inversor de Estados Unidos hacia Europa indica que, pese a los máximos de las Bolsas, las decisiones no son inocuas. Y, en paralelo, esos mismos máximos de las Bolsas muestran que dejarse atenazar por la incertidumbre es una receta fallida. Sobre todo, porque esta incertidumbre tampoco se despejará de un día para otro.

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