Los pragmáticos mercados miran a Europa con mejores ojos
El factor más relevante es, seguramente, las bajas expectativas con las que partía el continente
Empezó 2025 con dosis muy generosas de incertidumbre pero con un par de premisas relacionadas: las grandes tecnológicas seguirían marcando el paso gracias al desarrollo de la IA mientras, en paralelo, la política económica de Estados Unidos bajo Donald Trump favorecería a la renta variable norteamericana en detrimento de una Europa azotada desde el frente geopolítico, comercial y macroeconómico, además de por sus cuestiones internas. Ahora bien, las verdades del mercado nunca son eternas, y las más de las veces, su fragilidad es proporcional a su aparente popularidad. Los inversores tienen la costumbre de ponerle un precio a todo, lo que tiende a exagerar las cosas, pero también a relativizarlas. DeepSeek no ha desmentido la ventaja tecnológica estadounidense en la IA, y Nvidia es tan buena empresa como hace un mes. Pero los inversores no están dispuestos a comprar a cualquier precio. Elon Musk es más poderoso y omnipresente que nunca, pero Tesla baja un 30% desde máximos por sus malos resultados. Y la zona euro vive sus días más grises en mucho tiempo, pero la Bolsa europea cotiza mejor que la estadounidense en este 2025, porque sus valoraciones son mucho más atractivas. Así, de momento, el Ibex sube ya en 2025 casi tanto como en 2024 (11,7% frente al 14%) de la mano de las espectaculares revalorizaciones de los bancos. El Euro Stoxx 50 ha batido máximos tras 25 años.
Los factores para este sorpresivo apetito por Europa son varios, pero el más relevante es, seguramente, las bajas expectativas con las que partía el Continente. Para 2025 se espera que el PIB mejore, que el corsé fiscal apriete menos y que el BCE baje los tipos (posibilidad que no está tan clara en el caso de la Fed). Las frías previsiones de los analistas para las empresas abren la puerta a revisiones al alza y el precio de las acciones sigue cotizando con un oceánico descuento frente a las compañías estadounidenses. Un eventual alto el fuego en Ucrania podría, según los analistas, abaratar los precios del gas, un elemento que ha hecho mucho daño al corazón industrial de Alemania en los últimos tres años.
Con todo, la apuesta es más táctica que estratégica, dependiente de la brecha de valoración y con el foco en grandes empresas, de sólido perfil defensivo y buenos dividendos. Los mercados financieros capean la incertidumbre actual con una dosis de escepticismo y su sentido práctico habitual. Una receta para apuntar en estos tiempos complejos.