El ‘dividendo de la paz’ en Ucrania lo pagará Europa
Las conversaciones de Trump con Putin pueden poner fin a la guerra, pero la UE no gastará menos en defensa
Europa no debe esperar ningún dividendo de paz de la tregua Donald Trump y Vladímir Putin dicen estar dispuestos a golpear a Ucrania. A pesar de que las naciones europeas han aportado la mayor parte de los 213.000 millones de dólares en ayuda financiera asignada a Ucrania desde la invasión rusa hace tres años, fueron desairadas por el presidente estadounidense tras las conversaciones mantenidas el miércoles con su homólogo ruso. La factura a la que se enfrentan ahora es mucho mayor que el mero coste de implementar cualquier tregua.
El secretario de Defensa de Trump, Pete Hegseth, expuso las nuevas reglas del juego en un discurso en la sede de la OTAN. Estados Unidos, dijo, no proporcionará tropas ni ayuda para ayudar a implementar cualquier posible tregua con Kiev. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya ha aceptado el principio de las concesiones territoriales, y ha calculado que podrían necesitarse unos 200.000 soldados para garantizar un alto el fuego sobre el terreno. Incluso la mitad de esa fuerza supondría una carga para los ejércitos francés y británico, que podrían soportar la mayor parte del esfuerzo.
El presidente de Estados Unidos afirmó el 12 de febrero que tanto el presidente ruso como el ucraniano expresaron su deseo de paz en sendas llamadas telefónicas con él, y que había ordenado a altos funcionarios estadounidenses que iniciaran conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. Hegseth, afirmó por su parte que un retorno a las fronteras de Ucrania anteriores a 2014 no era realista, y que la administración Trump no ve el ingreso de Kiev en la OTAN como parte de una solución a la guerra desencadenada por la invasión rusa. Las acciones del grupo alemán de defensa Rheinmetall cayeron un 4,5% hasta los 695 euros en las primeras operaciones del 13 de febrero, antes de recuperarse hasta los 724 euros a las 0915 GMT, un 0,5% menos.
De cara al futuro, un acuerdo de paz causaría un mayor quebradero de cabeza. Envalentonaría a Rusia al recompensar sus ambiciones territoriales. Junto con la intención manifiesta de Estados Unidos de retirar el manto de seguridad que ha protegido a Europa desde la Segunda Guerra Mundial, Europa tendría que acelerar la concentración militar en la que se embarcó hace 10 años, cuando Putin se anexionó Crimea.
El gasto de los Gobiernos europeos en defensa se disparó un 12% en términos reales el año pasado, hasta los 447.000 millones de dólares, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). Alemania, Reino Unido, Francia e Italia sumaron el 60% de esa cantidad. Con 968.000 millones de dólares, el gasto en defensa de Estados Unidos fue más del doble.
La mayoría de los miembros europeos de la OTAN gastan actualmente en torno al 2% del PIB en sus fuerzas armadas y, según la mayoría de los expertos, necesitarían aumentar ese porcentaje al 3% para hacer frente a los retos actuales. Pero incluso con las tasas de crecimiento de 2024 tardarían cinco años en alcanzar ese nivel, y 10 años en llegar al 5% del PIB que Trump ha sugerido que deberían gastar, según el IISS.
Sean cuales sean sus estrictas restricciones fiscales, los europeos tienen pocas opciones. Son ellos los que tendrán que pagar el supuesto dividendo de la paz generado por una esquiva tregua en Ucrania. Y no pueden esperar mucho tiempo antes de llegar a algún tipo de doctrina estratégica común, empezando por un acuerdo básico sobre el origen de las amenazas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.