Diez medidas de Trump que serían delito en Europa

Entrarían en calificaciones como cohecho, prevaricación, corrupción, delito de odio o atentado contra los derechos humanos

De izquierda a derecha, Priscilla Chan y su marido, Mark Zuckerberg; Lauren Sanchez y su pareja, Jeff Bezos; Sundar Pichai; y Elon Musk, entre otros, en la investidura de Donald Trump, el 20 de enero en Washington.SHAWN THEW (via REUTERS)

Las formas y el fondo de las actuaciones de Donald Trump en sus dos primeras semanas al frente de Estados Unidos suponen desmontar en vivo y en directo parte del andamiaje que sostiene una democracia. Basta comprobar que buena parte de sus decisiones no tendrían amparo legal en Europa. Sin embargo, en EE UU van saliendo adelante, con el argumento de que forma parte de la “agenda presidencial”. Habrá que ver qué dice la justicia americana de normas y actuaciones como las diez aquí reseñadas, que en Europa serían delito de corrupción, cohecho, prevaricación, delito de odio o atentado contra los derechos humanos.

1. Despido de fiscales. Trump anunció en campaña que despediría al fiscal especial Jack Smith, que investigó el caso de los papeles secretos que el republicano se llevó tras dejar la Casa Blanca y el intento de alterar el resultado de las elecciones de 2020. Smith dimitió el 11 de enero y, una semana después, el fiscal general en funciones, James McHenry, despidió a una serie de funcionarios del Departamento de Justicia que “desempeñaron un papel significativo en el procesamiento de Trump. A la luz de sus acciones, el fiscal general en funciones no confía en que estos funcionarios ayuden a implementar fielmente la agenda del presidente. Esta acción es consistente con la misión de poner fin a la instrumentalización del Gobierno”, dice (¿con ironía?) la carta que les envió el Departamento de Justicia. En Europa sería un claro caso de abuso de poder y de intromisión del Ejecutivo en el Judicial.

2. Despidos policiales. Emil Bove, abogado de Trump en la acusación de soborno a una estrella porno para que no revelara sus pagos, ha sido nombrado secretario de Justicia interino, ha despedido a media docena de directivos del FBI y ha solicitado que se identifique a los funcionarios que participaron en la detención de los asaltantes al Capitolio. Es el mundo al revés: los asaltantes indultados y los policías despedidos por cumplir órdenes. En el asalto falleció un policía (además de cuatro atacantes), y, al menos, otros cuatro agentes del orden se suicidaron en meses posteriores. Si no es prevaricación, se parece mucho.

3. Inmigración. La justicia europea no permitiría la deportación de migrantes por delitos menores y sin juicio para que sean internados en prisiones en otros países, como es el caso de El Salvador. La justicia italiana ha rechazado los intentos de Giorgia Meloni de internar inmigrantes en Albania, actuación sobre la que se pronunciará la Corte de Justicia de la UE.

4. Extensión de la pena de muerte. Una de las órdenes ejecutivas que firmó el primer día señala: “La Fiscalía General solicitará la pena de muerte para todos los delitos federales punibles que impliquen el asesinato de un agente del orden o un delito capital cometido por un extranjero presente ilegalmente en este país”. De los 50 estados de la Unión, en 27 aún se contempla la pena de muerte, aunque en tres hay moratoria en su aplicación. En Europa, solo Bielorrusia mantiene vigente la pena capital.

5. Diversidad y género. Trump proclamó en su investidura que solo hay hombres y mujeres. Que el presidente del Gobierno quiera invisibilizar a colectivos como los gais, lesbianas o trans implica desprotección social. Además, ha lanzado duras acusaciones contra las políticas en defensa de la diversidad y la inclusión promovidas por sus predecesores, llegando a aseverar que el reciente accidente aéreo de Washington era culpa de que esas políticas han llevado a la contratación de personas “que sufren discapacidad intelectual severa, problemas psiquiátricos y otras condiciones mentales y físicas”. Es un caso claro de delito de odio y discriminación.

6. Criptomonedas. La apuesta de Trump por el mundo cripto ha supuesto una revalorización espectacular. En 2022, la SEC sancionó a Kim Kardashian con una multa de 1,3 millones de dólares por promocionar una criptomoneda sin decir que era publicidad. Gary Gensler era el presidente de la SEC y dimitió con la investidura de Trump.

David Sacks, zar de las criptomonedas e íntimo de Elon Musk, está al frente del grupo de trabajo de la Casa Blanca para definir la política con esta industria, y quiere que el bitcoin sea moneda de reserva de los bancos centrales. El estrambote final ha sido el lanzamiento de los criptomemes trump y melania, que han llegado a valer decenas de miles de millones de dólares. Sería sorprendente que la vinculación de la familia presidencial con el mundo cripto, gran financiador de la campaña de Trump, acabe en nada.

7. Elon Musk. El nombramiento del hombre más rico del mundo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental ha comenzado con el envío de una serie de ingenieros vinculados a sus empresas. Pero ese cargo es un trampantojo, lo relevante es el apoyo que presta a Trump en su red X y que el multimillonario es uno de los grandes contratistas de la NASA. En Europa, relaciones menos sospechosas son calificadas de prevaricación y cohecho.

8. Meta. El grupo de Mark Zuckerberg ha acordado con Trump el pago de 25 millones de dólares para poner fin al pleito por suspenderle las cuentas en Instagram y Facebook hace cuatro años. The Wall Street Journal publicó que todo se pactó en noviembre, tras las elecciones, en la mansión de Florida de Trump, quien le advirtió que tenía que solucionar el caso si quería “entrar en su círculo”. Meta ha eliminado la verificación de terceros en sus redes sociales con el argumento de que levantan “las restricciones sobre los temas de inmigración y género que están fuera de sintonía con el discurso dominante”. Así, Trump puede dar rienda suelta a sus bulos.

9. Investidura patrocinada. Según diferentes publicaciones, la comisión de la toma de posesión recaudó este año cerca de 170 millones de dólares. Los que pagan más de un millón reciben pase para la cena con el presidente y el vicepresidente. Ahí estuvieron los oligarcas tecnológicos. Amazon (Jeff Bezos), que puso 58.000 dólares en 2017, soltó dos millones. Esto lo han hecho todos los presidentes, pero de formas menos obscenas.

10. Fomento de la desinformación. El presidente de EE UU es el mayor y mejor representante de la posverdad (distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales). El caso reciente más notable ha sido la acusación que lanzó contra Biden y Obama, a los que culpa del accidente aéreo de Washington, asegurando que sus políticas de diversidad han llevado a personas discapacitadas a puestos clave. Para probar una acusación semejante se remitió a su “sentido común”. Los controladores aéreos le podrían acusar de diferentes delitos.

La elección de presidente ha librado a Donald Trump de varias condenas, pero esto no ha hecho más que empezar. La justicia llega tarde, pero con determinación.


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