El crecimiento de Unilever y otros gigantes del consumo ya no implica la alimentación

La multinacional británica está invirtiendo cada vez más en belleza o bienestar, y las valoraciones bursátiles dan argumentos para ello

Una tarrina de helado de Ben & Herry's, marca propiedad de Unilever.Newscast (Newscast/Universal Images Group )

Piense en la multinacional británica Unilever, y los primeros productos que le vendrán a la mente probablemente sean los que come: los helados Ben & Jerry’s o la mayonesa Hellmann’s. Sin embargo, la empresa de 140.000 millones de euros está invirtiendo cada vez más en otras partes de su negocio, como belleza y bienestar, y no está gastando nada de su presupuesto de fusiones en hacer crecer su imperio alimentario. Hay un fuerte argumento de valoración para hacerlo.

La alimentación fue en su día una interesante fuente de ingresos para firmas como Nestlé, Kraft Heinz y Unilever. Esta última pasó décadas derrochando en operaciones corporativas y expandiéndose a nuevos territorios como Indonesia e India para ganar cuota de mercado. Los compradores, seducidos por las grandes campañas de marketing, estaban dispuestos a pagar de más por cereales de marca como Cheerios y ketchup Heinz. Pero, desde que la inflación se disparó en 2022, los consumidores han buscado los precios más bajos, lo que ha complicado la obtención de ingresos constantes y márgenes estables.

En noviembre, el nuevo CEO de Nestlé, Laurent Freixe, reveló cómo estas fuerzas han afectado al mayor fabricante de alimentos del mundo. A medio plazo, su objetivo es lograr un crecimiento de los ingresos del 4%, excluyendo los efectos de las fusiones y las fluctuaciones monetarias. Eso se acerca al extremo inferior del objetivo anterior del grupo de 220.000 millones de euros, de crecer en torno al 5%. Freixe solo pretende mantener los márgenes operativos estables en el 17% durante los próximos años.

El sector de los bienes de consumo en general está bajo presión. En octubre, Kraft Heinz recortó sus perspectivas de ventas y beneficios para el año. La firma, valorada en 35.000 millones de euros, también registró un impacto mayor de lo esperado en sus ventas del tercer trimestre.

Compárese con el negocio de los productos de belleza de lujo. La firma suiza de cuidado de la piel Galderma esperaba aumentar sus ingresos entre un 8,8% y un 9,5% en 2024, tras haber obtenido un 9,2% en los primeros nueve meses del año. Y se espera que el gigante francés de los cosméticos L’Oréal, valorado en 193.000 millones de euros, aumente sus ventas en torno a un 5% anual en los próximos tres ejercicios, más del doble que gigantes alimentarios como Nestlé y Kraft Heinz durante el mismo periodo, según estimaciones de LSEG.

Los inversores se han dado cuenta. Los valores empresariales de Kraft Heinz y Nestlé son aproximadamente 10 y 17 veces el beneficio operativo respectivo que se prevé que obtengan en 2025, según las cifras de LSEG Datastream, lo que representa un fuerte descenso con respecto a sus múltiplos a plazo de 12 meses equivalentes, de 14 y 20 veces a principios de 2023. Galderma y L’Oréal cotizan a una media de 28 veces el beneficio operativo de 2025. Otros dos grandes actores del sector alimentario, Danone y Unilever, cotizan a múltiplos de 15 y 14, respectivamente.

Estas fortunas divergentes son la razón por la que Hein Schumacher está trazando una línea en la arena. El jefe de Unilever ya se ha comprometido a deshacerse del negocio de helados, dejando una unidad de nutrición reducida. Planea gastar una gran parte del presupuesto de marketing, de 9.000 millones de euros, equivalente al 15% de los ingresos, en potenciar el negocio de belleza y bienestar, que generó 13.000 millones en ventas en 2023. Según una fuente cercana, solo dos marcas de alimentos, Hellmann’s y los cubitos de caldo Knorr, obtendrán una parte decente. El resto del negocio de alimentos se recortará y recortará gradualmente.

En su estado actual, belleza y bienestar representarán poco más de un cuarto de la ganancia operativa que Unilever obtendrá en 2025, según estimaciones de analistas recopiladas por Visible Alpha y excluyendo la unidad de helados. Mientras, la nutrición supondrá otro cuarto, el cuidado del hogar casi un quinto, y el cuidado personal cerca del 30%. Imagínese un mundo hipotético en el que Schumacher pudiera aumentar de un plumazo el porcentaje procedente de la belleza y el bienestar hasta, digamos, el 40%, tal vez comprando algunas marcas pequeñas y atrayendo a más clientes con un mayor gasto de marketing en la división. Si las otras se mantuvieran igual, la contribución del negocio de la nutrición se reduciría al 12%.

Esto podría reportar dividendos en términos de valoración. Si Schumacher lo consigue, la división ampliada de belleza y bienes­tar generaría 4.300 millones de euros de beneficio operativo. Valorado al múltiplo medio de 28 veces el beneficio operativo de L’Oréal y Galderma para 2025, la división por sí sola valdría 119.000 millones, incluida la deuda.

Si la unidad de nutrición, más pequeña, se valora con el múltiplo medio de 16 veces de Nestlé y Danone, alcanzaría los 21.000 millones. También poner el cuidado personal en 16 veces, como el fabricante de pasta de dientes Sensodyne, implicaría una valoración de 51.000 millones. Valorando la división de cuidado del hogar de Unilever como Reckitt Benckiser, a 12 veces, valdría 24.000 millones. En total, el grupo valdría 216.000 millones, antes de tener en cuenta los helados, un aumento del 25% sobre el valor empresarial actual del grupo.

El problema para Nestlé y Kraft Heinz es que su camino hacia la redención es mucho más difuso. Después de todo, con la mayor parte de sus ventas procedentes de marcas de productos comestibles, es mucho más difícil cambiar a otra cosa. Sin un plan B, los gigantes del consumo se dividirán cada vez más entre los que tienen y los que no.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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