Las claves del día: el ‘poli bueno’ económico y el ‘malo’ comercial de Trump
El candidato a secretario del Tesoro de EE UU propuesto por Donald Trump, Scott Bessent, dijo el sábado que los aranceles “no son inflacionarios”
El candidato a secretario del Tesoro de EE UU propuesto por Donald Trump, Scott Bessent, dijo el sábado que los aranceles “no son inflacionarios, porque si el precio de una cosa sube, a menos que la gente tenga más dinero, entonces tiene menos dinero para gastar en otra cosa, por lo que no hay inflación”. A su juicio, la inflación solo sube si aumenta la emisión de dinero o con el gasto público. Es verdad que, a largo plazo, el efecto neto en la inflación de los aranceles es cero (y que en cien años, todos calvos), pero a corto plazo afectarán al bolsillo de los consumidores, que verán como su dinero va a las arcas públicas (de su Estado o de los de otros). Bessent, excolaborador de George Soros y a priori un ortodoxo de Wall Street, parece estar dispuesto a abrazar, al menos parcialmente, el entusiasmo proteccionista de su próximo jefe, aunque la política comercial la dirigirá Howard Lutnick, el preferido para el Tesoro de Elon Musk. Este consideraba antes de los nombramientos que Bessent era “más de lo mismo”. Trump, pues, ha seleccionado a un poli bueno para mantener relativamente tranquilo al mercado, y a un poli malo para hacer demostraciones de fuerza ante otros países.
En Rusia todo va acorde al plan
La guerra y las sanciones hacen mella en la economía rusa: la inflación sigue al alza mientras su moneda, el rublo, marca mínimos desde el comienzo de la invasión de Ucrania. Pese a esta devaluación, el Banco Central de Rusia descarta inyectar divisas extranjeras en la economía para proteger su moneda. El presidente, Vladímir Putin, defiende, con todo, que los precios están “bajo control”, y que “todo marcha acorde al plan”. Incluida la guerra que apuntaba a ser relámpago y que dura ya tres años. Un poco como aquel chiste del hombre que salta de una azotea y en su camino hasta el suelo repite una y otra vez: “Hasta aquí, todo va bien”.
El registro salarial, o una muy conveniente norma del buen gusto
El Tribunal Supremo ha fijado que una empresa debe contar con un registro salarial con los valores medios desagregados por sexos, pero sin tener que aportar datos que permitan identificar lo que cobra un empleado en concreto. Es indudable que hay ciertos datos cuya condición personal debe ser respetada, pero también lo es que la transparencia salarial es fundamental dentro de las empresas.
Durante años, en España se ha instalado la idea de que hablar de dinero es “de mala educación”, e informarse sobre los salarios ajenos se ha visto siempre con recelo. Esta idea, amparada en los buenos modales, perjudica a la movilidad laboral y aísla a los trabajadores. Solo beneficia a unos: los empresarios.
La frase
Europa debería hacer frente a Trump con una estrategia de chequera, ofreciendo comprar ciertas cosas a EE UU, como gas natural licuado y equipos de defensa. Es mejor que una pura estrategia de represalias, un ojo por ojo en el que nadie salga realmente ganadorUrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea
Cómo acertar siempre con una botella de vino
El vino es uno de los pocos ámbitos de la vida donde la gente enarbola de primeras su propia ignorancia. No es inusual que, al preguntar a alguien si le gusta, responda: “Sí, pero no entiendo”. Como si el conocimiento de algo fuese una condición para su disfrute. Si usted es una de esas personas, sepa que hay una serie de trucos que puede utilizar para, cuando le inviten a una cena, acertar con la botella: como que si busca un caldo que huya de la madera o con poca acidez, debe pedir un vino “afrutado”, “ligero”, “fresco”, “fragante” o incluso “aéreo”. O que debe abandonar la muralla antes infranqueable del tinto para carne y blanco para pescado. Otro truco que nunca falla es escuchar a quien sí entiende. Y vale para el vino, la política, la economía...