Las claves del día: otro frente abierto en la difícil viabilidad del sistema sanitario
El problema tiene mal arreglo, porque el envejecimiento de la población ejerce una presión inesquivable
Lo que faltaba ya en torno a las polémicas mutualidades sanitarias para los funcionarios. Unipromel, una asociación de médicos independientes, ha conseguido parar los concursos de Isfas, que atiende a militares y guardias civiles, y Mugeju, que cubre a los funcionarios de justicia. Ambos sí que iban a salir adelante, a diferencia de Muface, que atiende a profesores y administrativos, sobre todo. El conflicto tiene que ver con las deficientes condiciones salariales que sufren los médicos en el sector privado, que han empeorado en los últimos años con la inflación, y con la posibilidad –cierta– de que las aseguradoras que sigan trabajando para estos conciertos acaben apurando costes justo de los sueldos. Las condiciones de los médicos de la pública no son mucho mejores, dadas sus extenuantes guardias, por ejemplo: el Estado también ahorra en mano de obra. El problema tiene mal arreglo, porque el envejecimiento de la población ejerce una presión inesquivable. En EE UU, Donald Trump ha prometido adoptar un enfoque contundente y heterodoxo para combatir las enfermedades crónicas y, de paso, reducir costes. Es uno de los principales problemas de Occidente.
Un nuevo tirón de la gallina de los huevos de oro española
La pandemia fue un golpe directo al corazón de todas las empresas que dependen del turismo, muchas de las cuales no habrían sobrevivido sin la respiración artificial del Estado. Ahora, las tornas cambian, y en España recogen las ganancias de un año de turismo récord. Tanto, que varias que arrastraban números rojos han podido poner orden en sus cuentas. El turismo es uno de los grandes motores de la economía española –esa que va como un cohete– pero no hay que caer en la autocomplacencia, porque las vacas flacas tienen la incómoda costumbre de volver siempre, y habrá que estar preparados. Alemania es un ejemplo a no olvidar.
Las aerolíneas y su pasión por cobrar, cobrar y cobrar
El Ministerio de Consumo ha sancionado a varias aerolíneas por prácticas abusivas como cobrar por el equipaje de mano –como si llevar una mochila a un viaje fuese un extra, un capricho del pasajero más sibarita–, cobrar por imprimir los billetes en la terminal o cobrar por poder seleccionar el asiento contiguo para su hijo o un acompañante dependiente. Por cobrar, vamos. A veces no en metálico, que es engorroso para alguna aerolínea, que también ha sido sancionada por impedirlo. La idea de la democratización del transporte aéreo era que las clases que antes no se podían permitir subirse a un avión pudiesen viajar y conocer mundo. Conseguida la tan difícil demanda, las empresas se lanzan ahora a cobrar todo lo que puedan. Nada es gratis, que decía Milton Friedman.
Claves
A Estados Unidos no le interesa crear demasiados problemas económicos a Europa, porque entonces nos será más difícil pagar nuestra propia defensaAntonio Costa, presidente del Consejo Europeo
Los ‘influencers’ se suben al lucrativo negocio de la inteligencia (artificial)
Con la llegada del viernes negro, no de una debacle de la Bolsa –que está por ver, vistos los récords continuos de los mercados–, sino el día (ahora semana) de grandes descuentos que precede a la Navidad, los influencers afilan los cuchillos. Los autodenominados creadores de contenido, ese paraguas conceptual que incluye a expertas en maquillaje y cazadores de tesoros, son una herramienta indispensable para los departamentos de marketing de las empresas. Y, también, unos candidatos perfectos para colar publicidad disfrazada de recomendaciones desinteresadas. Ahora, en un salto tecnológico de envergadura, se suman a la ola de la inteligencia artificial para que esta seleccione los artículos que muestran y los puedan vender directamente. Y así descargarles de su ingente carga de trabajo.