El impacto de la transformación demográfica en la economía mundial

El envejecimiento de Japón, la inmigración en EE UU o el crecimiento de India son ejemplos del cambio

Migrantes parten en caravana rumbo a EE UU, el 5 de noviembre, desde el municipio de Tapachula en el estado de Chiapas (México).Juan Manuel Blanco (EFE)

En los últimos años, estamos siendo testigos, en las principales economías mundiales, de la mayor transformación demográfica desde la Segunda Guerra Mundial , que está remodelando la economía global: el envejecimiento. Este fenómeno, aunque a menudo percibido como un proceso lento, tiene implicaciones profundas y de largo alcance que influirá tanto en las políticas fiscales gubernamentales como en la economía global. Prueba de ello se puede ver en tres de las principales economías mundiales: Japón, Estados Unidos e India.

Japón es un claro ejemplo de cómo el envejecimiento de la población puede afectar a una economía. Desde mediados de los 90, la población activa de Japón está en declive, lo que ha llevado a tres décadas de estancamiento económico. Más del 30% de la población japonesa tiene más de 65 años, y se espera que esa cifra aumente a más del 40% en los próximos 20-25 años. Ello ha obligado a las empresas japonesas a buscar soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia y reducir la dependencia de la mano de obra humana. Como resultado, Japón se ha convertido en el mayor fabricante mundial de robots industriales, con un crecimiento anual compuesto del 6% en las exportaciones de estos robots en los últimos cinco años.

Sin embargo, este enfoque en la automatización también plantea desafíos. La baja productividad laboral y la rigidez del mercado de mano de obra han limitado la capacidad de Japón para adaptarse rápidamente a estos cambios. A medida que la población activa continúa disminuyendo, la presión sobre el sistema de pensiones y los servicios de salud aumenta, lo que podría llevar a un incremento de la deuda pública y a una mayor carga fiscal para las generaciones más jóvenes. Además, la falta de inversión en la formación de empleados y en la innovación podría agravar estos problemas a largo plazo. Las empresas japonesas deberán seguir invirtiendo en tecnología y en la formación de su fuerza laboral para mantener su competitividad en un mercado global cada vez más exigente.

A diferencia de Japón, EE UU ha logrado mitigar algunos de los efectos negativos del envejecimiento de la población gracias a la inmigración. Históricamente, esta ha sido un motor clave del crecimiento demográfico del país, especialmente la procedente de América Latina, que tiende a tener una estructura de edad más joven. Esta afluencia de inmigrantes ha ayudado a mantener una población activa relativamente estable y ha contribuido al crecimiento económico. La diversidad cultural y la innovación impulsada por los inmigrantes han sido factores clave en el dinamismo económico de EE UU.

No obstante, también enfrenta desafíos demográficos. La concentración de la riqueza en la generación de los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) plantea preguntas sobre el futuro de la economía. Esta generación posee el 52% de la riqueza neta del país, y su jubilación masiva en la próxima década podría tener implicaciones significativas. Si deciden vender activos para apoyar a sus familias o financiar su propio envejecimiento activo, ello podría influir en el mercado inmobiliario y en otros sectores económicos. A medida que los baby boomers más jóvenes decidan jubilarse, podríamos encontrarnos ante un problema de escasez de mano de obra y habilidades, por lo que las empresas del país deberían adaptarse a esta nueva realidad, invirtiendo en la formación de sus empleados y en la adopción de tecnologías que mejoren la productividad.

India, por otro lado, se encuentra en una posición única para beneficiarse de su dividendo demográfico. Con una población joven y en crecimiento, ha superado a China como el país más poblado del mundo. Esta expansión demográfica ha impulsado la urbanización y ha creado una clase consumidora en rápido ascenso. La creciente clase media india representa una oportunidad significativa para las empresas y la economía.

Sin embargo, el desafío para el país radica en proporcionar suficientes empleos para su creciente población activa. La falta de infraestructura física y digital adecuada limita el crecimiento económico y la creación de empleo. El Gobierno indio ha reconocido esta necesidad, ha asignado el 3,3% del PIB a proyectos de infraestructura en 2024, con el objetivo de crear empleos y capitalizar el rea­juste de las cadenas de suministro globales. Además, el Plan Nacional de Infraestructura prevé la finalización de proyectos por valor de 1,4 billones de dólares para 2025, lo que podría ofrecer oportunidades significativas para las empresas globales. La inversión en infraestructuras no solo mejorará la calidad de vida de los ciudadanos indios, sino que también atraerá inversiones extranjeras y fomentará el crecimiento económico.

En definitiva, los cambios demográficos están transformando la economía global de maneras profundas y complejas. Desde el envejecimiento de la población en Japón hasta la inmigración en EE UU y el crecimiento demográfico en India, cada país enfrenta desafíos y oportunidades únicos. Las empresas y los inversores deben estar atentos a estas tendencias y adaptar sus estrategias para aprovechar las oportunidades que surgen de estos cambios. Aquellos que logren hacerlo estarán mejor posicionados para prosperar en un mundo en constante evolución. Además, es crucial que los Gobiernos implementen políticas que apoyen la adaptación a estos cambios demográficos, fomentando la innovación, la educación y la inversión en infraestructura. Solo así se podrá asegurar un crecimiento económico sostenible y equitativo en el futuro.

Es importante destacar que la colaboración entre el sector público y el privado será esencial para enfrentar los desafíos demográficos. Las políticas gubernamentales deben estar alineadas con las necesidades del mercado laboral y las demandas de la población. Por ejemplo, en Japón, la promoción de políticas de inmigración más flexibles podría aliviar parte de la presión sobre la envejecida fuerza laboral. En Estados Unidos, la inversión en educación y formación profesional será clave para preparar a la próxima generación de trabajadores. En India, la mejora de la infraestructura y la creación de un entorno favorable para los negocios atraerán inversiones y generarán empleo.

Los cambios demográficos no son solo un desafío, sino también una oportunidad para reinventar nuestras economías y sociedades. Con una planificación adecuada y una respuesta proactiva, podemos convertir estos cambios en motores de crecimiento y prosperidad. Las empresas que reconozcan y se adapten a estas tendencias demográficas estarán mejor posicionadas para liderar en el futuro.

Sally Springer y James Hodge son analista principal de investigación temática del equipo de investigación y análisis global / analista del equipo de análisis avanzados de Columbia Threadneedle

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